viernes, 28 de diciembre de 2018

Entrevista a Ignacio López Vacas





Ignacio López Vacas es co-director de la sala especializada de cine Artistic Metropol en Madrid, además de redactor en el magazine Scifyworld y escritor del libro Manual de supervivencia para cinéfagos junto a Timi Abad. Hoy le tenemos aquí para que nos hable, cómo no, de su gran pasión: el cine. Tampoco hemos desaprovechado la ocasión de preguntarle por sus próximos proyectos no sólo como escritor, sino como director y guionista. Sin más, os dejamos con Ignacio:






1. ¿Recuerdas con qué edad viste tu primera película? 

Puf, imposible. Supongo que mucho antes de entender lo que estaba viendo y de saber la influencia que aquello iba a tener en mí, tanto a nivel personal como profesional. 



2. ¿De qué forma comenzaste a ver el cine con una perspectiva profesional? 

De eso sí puedo dar más datos. Yo calculo que incluso antes de entrar a la E.S.O. Con diez u once años, ya alquilaba películas o las grababa de la televisión (de Calle 13 y Alucine sobre todo) y las rayaba por que veía la película dos o tres veces. También repetía algunas secuencias innumerables veces hasta comprender cómo estaba filmada. Luego investigaba las músicas, estudiaba la filmografía del director e intentaba repetir operación sin dejarme ningún género o estilo en el tintero. Todo esto, aunque parezca muy catedrático, lo hacía con cualquier película, desde Casino de Scorsese hasta Mandíbulas



3. ¿En qué género cinematográfico dirías que se aprecia mejor la evolución experimentada por la industria del cine? 

Sé que todo el mundo, sobre todos los que más me conocen, esperan que vaya a mentar el terror, pero no. Para mí, el género que más ha reflejado esa evolución ha sido sin duda el Western. Ha ido mutando dependiendo de las situaciones sociopolíticas y económicas, sobre todo en USA, pero también en el resto del mundo. Para muchos, un género ya extinto. Para mí, camuflado y en constante evolución. Es por eso que ha conseguido desarrollarse tanto que se ha adherido a los géneros bélico, thriller, policíaco, terror, comedia y un largo etcétera. Gran parte de las películas de casi todos los géneros se alimentan de las características básicas del Western



4. Y calidades a parte, ¿qué género prefieres? 

Aquí sí que no hay duda: terror, en cualquiera de sus vertientes.



5. ¿Cuál dirías que es el director de cine más prolífico de la historia? 

Prolífico entendido como un cineasta que haya realizado todo tipo de obras, moviéndose por todos los géneros con soltura y con un gran nivel técnico/artístico, sin duda Martin Scorsese. Ahora, entendiendo prolífico como su definición en la RAE “con facilidad para producir abundantemente” sin duda el orgullo patrio Jesús Franco.



6. Te lo pondré ahora un poco difícil: ¿qué película calificarías como “perfecta” e “inmortal”? 

Inmortales hay varias: El Exorcista, Pulp Fiction… Películas que no envejecen y que se podrían haber rodado en cualquier momento. Ahora, como perfecta, no me es nada difícil responder: Tiburón.



7. Como asesor fílmico de la sala Artistic Metropol, organizas cada año una muestra de cine extremo, ¿cómo surgió esta iniciativa? 

Mi compañero Ángel Mora y yo estuvimos tiempo dándole a la cabeza para engendrar algo que durara varios días y que atrajera al público de Madrid. La capital es un hervidero continuo de propuestas culturales, pero dimos con la tecla finalmente simplemente con algo con lo que nos sentíamos a gusto y teníamos un mínimo de conocimientos; una muestra (que más tarde mutaría a festival) sobre cine maldito, censurado y polémico. Lo morboso vende y no pudimos tener mejor recepción tanto por parte de la prensa como de la audiencia, muestra de ello son las seis ediciones que ya llevamos programando. ¡A por la séptima!



8. ¿Alguna vez, preparando una de tus selecciones, te has topado con algún film tan perturbador como para dejarte huella? 

Huy, bastantes veces. La gente piensa que no tengo mi corazoncito y que mi umbral de aguante es infinito, pero no. Obviamente tengo callos en las retinas, pero hay cosas que me han trastocado. Cintas como Slaughtered Vomit Dolls necesité dos o tres asaltos para terminarla. No soy muy amigo de los vómitos (jejeje). Y peor aún fue el clásico La Gran Comilona, un film valiente pero que me pone mal cuerpo sólo escuchar hablar de él. 



9. Parafraseando a John Waters, ya que hablando de cine extremo y transgresor nos viene a pelo, supongo que estarás de acuerdo con esta frase suya: «Necesitamos que los libros vuelvan a molar. Si vas a casa de alguien y no tiene libros, no te lo folles». ¿Cuánto tiempo llevas escribiendo para la revista digital Scifiworld y qué es de lo que más te gusta hablar? 

Estoy y estaré siempre de acuerdo con todo lo que diga John Waters, al que además tuve la inmensa suerte de conocer. Y más aún con esta frase (jajaja).

  Hace ya cuatro añazos que escribo en Scifiworld reseñando sobre todo los estrenos de cartelera, pero también libros, incluyendo noticias o escribiendo relatos. Lo que más me gusta es tener mi propia columna de opinión y escribir de lo que quiera, siempre dentro del marco del cine fantástico, pero también complementándolo leer las opiniones y reacciones de los lectores.



10. En el año 2014, por obra y gracia de Applehead Team creaciones, vio la luz Manual de supervivencia para cinéfagos, una guía de cine que coescribiste junto a Timi Abad. Cuéntanos qué es lo que podemos encontrar entre sus páginas. 

Básicamente, las películas favoritas de dos adolescentes adictos a la violencia audiovisual. (JAJAJA) No, ya en serio, el libro comenzamos a escribirlo siendo prácticamente unos teenagers tardíos de universidad y lo concluimos años después. En resumen son una serie de listas debidamente explicadas con varios tops de películas con las que consideramos las mejores dentro de un subgénero. Estos pueden ser más generalistas como “zombis”, “hombres lobo”, “vampiros” o marginales del tipo “plantas asesinas”, “coches satánicos". Mi claro favorito es “electrodomésticos homicidas”. Además el manuscrito lo adorna un buen número de fotogramas y portadas de las películas de las que hablamos así como un surtido de viñetas que llevan la firma de la gran Elena Peñuelas. Tuvimos la gran suerte de ser seleccionados por el Festival de Sitges y presentarlo allí fue una auténtica gozada. 



11. Has trabajado también como coguionista de Knox, un proyecto de cómic y película inspirado en una historia de Paul Naschy que fue presentado en el último festival de Sitges. Háblanos sobre tu contribución a este proyecto. 

Víctor Matellano me propuso formar parte de este apasionante proyecto. La idea era escribir un guión que entremezclase elementos slasher con elementos sobrenaturales de cuento de terror gótico inspirándonos, como bien has dicho, en una historia del gran Paul Naschy y nos pusimos manos a la obra. Me pareció súper interesante desde el primer momento y una vez lo teníamos escrito Sitges nos lo seleccionó par presentarlo oficialmente. En breve habrá nuevas noticias.



12. Precisamente, y hablando de un festival exclusivo de cine fantástico como es Sitges, me gustaría preguntarte si crees que el cine de género está lo suficientemente consolidado en este país o si todavía tenemos que aprender de las iniciativas culturales de otros países. 

Está consolidado a nivel de realización, es decir, cuando un director quiere hacer algo de género sabe exactamente para dónde y cómo tiene que tirar. Lo que no está consolidado es la respuesta del público que salvo casos aislados como el de Álex de la Iglesia no entra por el aro o le cuesta en exceso. En ese sentido sí que se debe aprender más de ciertas corrientes como la nouvelle horreur vague a comienzos de siglo en Francia o similares.



13. Ya por último, dime cuáles son tus proyectos, tanto literarios como cinematográficos, más inminentes. 

Pues actualmente el ya mentado Knox, tanto la película como el cómic, donde también me encargaré de guionizar uno de los volúmenes. Además, estoy terminando, junto con Alberto Fernández Peláez, un libro que verá la luz muy pronto y que puede resultar de gran interés a los nostálgicos del cine doméstico… no doy más datos. 

  Por otro lado, a inicios de este año tengo un cortometraje (guión que escribí hace ya un tiempo) que puede que sea filmado si todo va bien, conmigo como director. Y a parte, en tres meses verá la luz la nueva muestra SyFy, con la cual también estoy colaborando como programador.




viernes, 21 de diciembre de 2018

Todo queda en familia





Caosfera recibe hoy al escritor y guionista salmantino Alberto Bellido García, que nos habla de Todo queda en familia, su último lanzamiento junto al ilustrador Ibán Labestia. Podéis encontrar más información sobre la trayectoria de Alberto en su espacio web oficial. Os dejamos con sus palabras: 



La historia en la que está basada esta novela gráfica que tengo la satisfacción y el orgullo de presentaros hunde sus raíces en un relato corto que escribí hace unos años. Más tarde, decidí adaptarlo a guión para un cortometraje —pues también soy guionista, e incluso me identifico más con este calificativo que con el de escritor— en el que la protagonista, una mujer joven, es acosada por un personaje anónimo que la llama por teléfono. Resultan obvias las influencias de películas como Scream, así como de otras obras cinematográficas del corte. 

  Esta historia, titulada Todo queda en familia, tiene una sinopsis y trayectoria cuanto menos curiosas: 

  El título como tal fue utilizado también para una novela corta que escribí para un concurso y en la que conservé como hilo conductor a la misma protagonista del relato. 

  La obra llegó acompañada de algún que otro relato más de mi cosecha. El vuelco que experimentó la sinopsis original llegó gracias a la influencia de un programa que para mí es toda una rara avis de la televisión española: Cuarto Milenio. Si hubo algo determinante en la construcción de la obra fueron los reportajes de este espacio dirigido por alguien tan especial como el periodista especializado Iker Jiménez. El protagonismo recae sobre Claudia Vázquez, considerada la primera médium y parapsicóloga de España. A través de sus ojos, podremos visitar los lugares más misteriosos y enigmáticos del país. Un ejemplo de ello son los pueblos destruidos y abandonados de Ochate y Belchite. 

  Así pues, la obra que os presento es un apasionante y adictivo mix de terror y aventuras con la particularidad de que sus páginas, dibujadas en blanco y negro por un ilustrador diferente como es Iban Labestia del pantano, nos muestran un país muy distinto al que conocemos. 

  Precisamente son su singularidad y estética vintage las que la distinguen de otras muchas novelas gráficas que se publican hoy día. Os invito encarecidamente a ser partícipes de las aventuras de Claudia, a sumergiros en sus misteriosas páginas. Estoy seguro de que la intriga se apoderará de vosotros, hasta llevaros a un final que os dejará con la boca abierta. Esperaréis con ganas las próximas entregas. Pero si queréis que esta historia se convierta en una saga, os necesitamos. 

 Podéis adquirirla en Amazon, a un precio asequible, de menos de nueve euros, en formato digital:






Muchas gracias a todos por vuestra confianza

viernes, 14 de diciembre de 2018

M.F.A









Título original: MFA 

Director: Natalia Leite 

Nacionalidad: EE.UU 

Intérpretes: Francesca Eastwood, Clifton Collins Jr., Leah McKendrick 

Año de producción: 2017



Recientemente tuve la oportunidad de ver un documental que me dejó absolutamente boquiabierto. Su título es Audrey and Daisey, y lo encontraréis disponible en Netflix. Saco esto a colación porque tiene mucho que ver con M.F.A. y porque considero importante matizar que hay situaciones que pueden ir mucho más allá que la ficción. Resulta increíble que a la víctima de una violación se la culpe de la misma o que, según bajo qué circunstancias, determinados hechos no sean punibles. Pero esto es así tanto en España como en EE.UU. Películas como M.F.A no son para nada inverosímiles respecto a lo que cabría esperar de las legislaciones vigentes en varios países, entre ellos el nuestro. 





  Creo que M.F.A es un film con mucho poder, porque es un rape and revenge que cuenta historias que a día de hoy podrían ser perfectamente noticia. La película comienza cuando una joven estudiante de arte llamada Noelle, interpretada por Francesca Eastwood, acude a una fiesta donde bebe alcohol, coquetea con un compañero de clase y es finalmente violada por el susodicho. Entonces entra en estado de shock, no logra recordar si se negó a mantener relaciones, al igual que tampoco sabe cuánto bebió ni cómo acabó en la cama del agresor. Cuando la chica cuenta su experiencia, la machacan a preguntas bajo unas condiciones denigrantes y que claramente no son las idóneas. A raíz de esto es cuando en el interior de Noelle comienzan a gestarse unas terribles ansias de venganza. Vamos, que no es nada que no hayamos visto antes, ni tampoco es una gran película, pero sí voy a recalcar algo muy importante y es la acertada forma en la que está retratada la violación; sobre todo la situación en la que se dan los hechos, de forma muy acorde con los tiempos actuales. La transformación de Noelle en una asesina en serie, similar a la mostrada en el film Ángel de la venganza, es disfrutable. Sin necesidad de grandes alardes ni apenas una gota de sangre, propone una variedad de situaciones y muertes lo suficientemente buenas para que el visionado merezca la pena. El único contratiempo reseñable, y que por desgracia se está convirtiendo en algo común, es la maldita obsesión que tienen los guionistas americanos de introducir una estúpida investigación policial en sus películas. Incluso cuando la cinta devalúa y empieza a jugar con ciertos factores interesantes, estas “fantásticas” investigaciones —maravillosamente rodadas, entiéndase la ironía— matan cualquier tipo de tensión o interés sobre la trama. Preguntas como si la protagonista será descubierta y encarcelada o, por el contrario, se saldrá con la suya, pierden totalmente interés por obra y gracia de esa manía de bombardear al espectador con interrogatorios, o cada nueva pista encontrada por el insípido inspector de policía, fatalmente interpretado por Clifton Collins Jr. Lógicamente, cuando lleguéis a cierto punto de la película os darán ganas de quitarla porque deduciréis a la perfección cómo terminará.





  A nivel argumental hay poco más que añadir. Lástima que una película que prometía ser mucho más realista —incluso capaz rememorar testimonios tan desgarradores como los de las adolescentes Audrey o Daisy— se transforme en la minucia de un telefilme noventero. Hasta qué punto es recomendable o si es mejor prescindir de su visionado lo dejo a vuestro criterio. Personalmente, en esta ocasión me posiciono a favor. Insisto en su potencial y en las buenas formas de Eastwood para crear un personaje que se respira real. 




A favor:

-Francesca Eastwood 
-Su rollo noventero, nostálgico y entrañable. 
-Su primera hora llena de acción y de locos discursos… no tan disparatados como parecen. Interesante trabajo de Leah McKendrick como guionista y actriz. 
-Es como la secuela de American Psycho, ese telefilm insoportable pero bien escrito. 



En contra: 

-Los últimos minutos son absurdos y aburridos, principalmente porque la película debía haber acabado veinte minutos antes. 
-La investigación policial es insufrible y los diálogos entre poli y criminal parecen sacados de un episodio de C.S.I. Horrible. 





6/10

Fdo: Redrum





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viernes, 7 de diciembre de 2018

Wisconsin forever







Badger Hannibal estudió historia antigua en la Universidad de Barcelona y es experto en esoterismo. Su trayectoria como investigador de lo oculto le ha granjeado notables colaboraciones en medios relacionados con el medio, como el programa Informe Enigma. Hoy, comparte con nosotros una divertida crónica de su visita a la tumba del asesino serial más famoso del siglo XX: Ed Gein.

Imaginaos una pareja de frikis que no han podido celebrar su viaje de novios y que de repente se encuentran con el dinero para celebrarlo... ¿A dónde irían un apasionado de la crónica negra y una canadiense? ¿Cuál es el lugar más bizarro del mundo? Está claro: Wisconsin. 

  ¿Qué tiene Wisconsin de especial?... 

  Es el estado más encantado de Estados Unidos, la capital de los sombreros de queso, el tejón y el garrulerismo extremo y, sobre todo, morada de célebres asesinos caníbales. 

  ¿Por qué todo esto? Tiene cierta lógica: mi esposa, Margot, que es antropóloga, y yo mismo, licenciado en historia y apasionado de la crónica negra, fascinado por la figura de los asesinos en serie y sobre todo por la historia de Ed Gein, no podíamos encontrar un destino más perfecto que éste. 

  Recuerdo con cariño cuando le conté a mi hijo de tres años, Fernando —un tipo realmente brillante para su edad—, el porqué de este viaje. La conversación fue algo muy parecido a esto: 

  —Fernando, el papá se va de viaje a Wisconsin. 

  —¿A qué? 

  —A visitar el sitio donde vivía el tio Eddie... (siempre he llamado tío Eddie a Ed Gein, básicamente porque mis continuados estudios sobre el personaje le convirtieron en alguien familiar). 

  —¿Quién es? 

  No sabía qué decirle y, finalmente, tras pensármelo un instante —¿que vas a contarle a un niño de tres años?— le respondí: 

  —Un señor que comía señoras... 

  —No... 

  —Sí... 

  Siempre recordaré su respuesta, la respuesta de un niño inocente pero inteligente al mismo tiempo y con una lógica aplastante: 

  —Pues yo como pollo... 

  La preparación del viaje no es necesaria contarla, basta con decir que tomamos un avión de Barcelona a New york —donde en el aeropuerto JFK, mientras esperábamos el cambio de vuelo y comíamos algo en un Mac Donalds roñoso, a Margot le robaron el carnet de conducir—, de New York a Atlanta y de Atlanta a Milwaukee, donde descubrimos que Wisconsin era uno de los lugares más acogedores que habíamos conocido... Gente simple y franca, buena cerveza y comida abundante. 

  La inesperada pérdida del carnet de conducir nos privaba de la movilidad necesaria para los planes que teníamos en mente, de modo que durante varios días nos dedicamos a conocer la ciudad de Milwaukee, incluido el lugar donde había estado situado el apartamento de Jeffrey Dahmer, actualmente un aparcamiento donde grabé un vídeo depositando un caganer —un cagón dirían los no catalanes—, y lugar del que tuve que salir corriendo, pues el vigilante del parking, al verme grabando un vídeo allí, apareció a la carrera mientras llamaba a la policía. 


Imagen sujeta a derechos de autor. Jeffrey Dahmer

  Nuestras correrías por Milwaukee nos hicieron entablar amistad con un taxista de origen marroquí de la compañía Yellow Cab, cuyo hermano vivía en Alicante. Los dados estaban echados... Cada día le llamábamos para que nos moviera por la ciudad, ya fuera para llevarnos al Safe House, un increíble pub ambientado en el mundo del espionaje, o al museo público de la ciudad para ver la sirena de Fiji del circo de P.T. Barnum. En una de estas le pregunte si podría desplazarnos a varios lugares fuera de Milwaukee, concretamente a Bray Road en Elkhorn —el sitio donde se han contabilizado más avistamientos del licántropo conocido como la bestia de Btay Road— y, por supuesto, Plainfield. Es aquí donde planeamos visitar la granja y la tumba de Edward Theodore Gein. ¿Cuánto nos cobraría? No hubo problema: lo hizo en su día libre a cambio de la comida y 125 dólares. En aquel momento el dólar se encontraba muy bajo en respecto al euro... Así que realmente era un chollo perfecto. 

  Aquel domingo nos levantamos y desayunamos pronto, nos esperaba un viaje de más de 200 kilómetros hacia el norte hasta Plainfield, en el condado de Wausara, cruzando un buen trecho del estado de Wisconsin, bien. 

  Revisé los mapas; primero visitaríamos el cementerio local, donde descansan los restos de la familia Gein: George, el padre, Augusta, la madre y en parte responsable de los crímenes del archiconocido asesino, Henry, el hermano mayor y supuestamente una de sus víctimas, y, naturalmente, Edward Theodore Gein , más conocido como Ed Gein, quizás el criminal más influyente en la cultura popular del siglo XX. 


Ed Gein bajo detención

  En aquel momento me fije en la fecha... ¿De qué me sonaba? ¡Mierda, era el aniversario de la detención de Ed Gein! Plainfield es un pueblo pequeño y seguramente la policía estaría pendiente de los frikazos que en aquel día pensaban visitar la tumba de aquel personaje... Cambio de planes, visitaríamos primero la granja y luego la tumba. 

  Tomamos la autopista esquivando los cadáveres maltrechos de venados atropellados mientras saciaba la curiosidad del conductor sobre el lugar al que nos dirigíamos. Éste me miraba con cara de no comprender nada de todo aquello que le contaba, pero dinero manda. 

  A poca distancia de llegar a las afueras de Plainfield, deteniéndonos a medio camino en un área de servicio para comprar algunas bebidas, incluida una cerveza Miller que consumí en el asiento de atrás ante los ojos de espanto del taxista. 

  —¿Que ocurre? 

  —No se puede consumir alcohol en un coche. 

  —Pero si no conduzco... 

  —Es igual sino conduces, no se puede beber en un coche. 

  En fin, pensé, los yanquis y sus leyes absurdas, como la que prohíbe cruzar la frontera del estado con un pato en la cabeza (juro que es autentica.), así que apure la cerveza de un largo trago y deposite la lata en la bolsa de papel que nos habían dado en el área de servicio. 

  Pronto llegamos a un camino sombrío y enmarcado por poderosos arboles, en uno de los cruces podíamos ver la entrada de la granja cortada por una cadena con la leyenda colgando de: Propiedad del Estado, prohibido el paso. 

  Le pregunté al taxista si quería acompañarnos, pero se negó, diciendo que prefería esperarnos en el coche. Se me ocurrió aconsejarle, con mi humor habitual, y porque no decirlo, curioso, que si se le acercaba un tipo con gorra a cuadros y una motosierra, saliera corriendo... Los ojos con que me miró el hombre fueron realmente todo un poema. 

  Arranqué a correr dejando a mi mujer atrás, saltando la cadena a la carrera y no deteniéndome hasta encontrar los restos de lo que un día fue la casa de los horrores del Goul de Plainfield, actualmente solo un montón de madera amontonado de cualquier manera en una hermosa extensión de prado bordeada de arboles. 

  Me arrodillé y besé el suelo. Al levantar la cabeza, pude observar como mi mujer se acercaba cámara en mano, seguida por el taxista, que había decidido que era mejor acompañar a aquella pareja de locos que quedarse solo en el solitario camino a la espera de algún asesino en serie... 

  Después de eso, nos dirigimos al pueblo de Plainfield, y tras cruzar la interestatal, encontramos el cementerio de Plainfield, un lugar que me sorprendió, ya que me había hecho a la idea que se trataría de un camposanto oscuro y siniestro... Pero nada más lejos de la realidad, nos recibía un cementerio muy bien cuidado y acogedor, con un césped espectacular. No nos costó encontrar la tumba de Ed Gein. Estaba situada casi en frente del acceso. Bajamos del taxi —esta vez el conductor no nos siguió y recorrimos el corto trecho hasta un conjunto de cuatro tumbas, una de ellas sin lápida hacía poco tiempo un tipo de Seattle había robado la lapida de la tumba de Ed Gein para venderla a trozos por internet, aunque la policía la había recuperado, y por lo que había averiguado, en aquel momento se hallaba en la oficina del Sheriff de Plainfield. La primera de ellas pertenecía a George Gein, el padre de nuestro protagonista, la segunda al mismo Ed, y las siguientes a Augusta y su hermano Henry. 

  Siguiendo mis intenciones, intercambié una piedra de la tumba sin nombre por un caganer sí, un caganer ¿Qué pasa?

  El ruido de un motor me sacó de mis pensamientos, un 4X4 del departamento del Sheriff venia hacia a mi por entre las tumbas. Un agente descendió y vino hacia mí con la chulería típica de los policías yanquis que solemos habitualmente ver en las películas americanas mientras me preguntaba a gritos la razón de estar nosotros allí. 


Antigua lápida de Ed Gein. Imagen sujeta a
derechos de autor

  Entre mi mujer y yo conseguimos que entendiera que estábamos para escribir un artículo sobre Ed Gein y que no queríamos molestar ni cometer ningún desaguisado ¡Menos mal que no vio el caganer!. Finalmente atendió a nuestras razones y se marchó, eso sí, no sin antes advertirnos de que no estuviéramos mucho rato y que fuéramos respetuosos. 

  Mientras mi mujer y yo comentábamos entre nosotros la chocante aparición del agente del sheriff, dos hombres se acercaron, saludándonos. Se trataba de un padre y su hijo provenientes de Texas y que, como nosotros, venían a visitar la tumba de Ed Gein. Entablamos conversación y ello derivo en una competición a ver quien sabia más sobre asesinos como no

  La charla terminó con ellos narrándome la historia que Truman Capote reflejo en su famoso libro «A Sangre Fría», yo contándoles sobre el «Arropiero», asesino spanish por experiencia y, supuestamente, con cuarenta y ocho muertes sobre sus espaldas. Los tejanos me miraban con una cara extraña... ¿Podía ser posible que un país tercermundista como España tuviera asesinos como los de USA? Su mirada era de entre incredulidad y rabia, aquello les estaba enfadando y molestando Orgullo patrio, y yo realmente me estaba divirtiendo con ello. 

 De vuelta a Milwaukee cruzamos por la Main Street de Planfield, para descubrir que la tienda donde Ed Gein había asesinado a Bernice Worden aun existía. Se alzaba ante nosotros como un edificio rectangular de una sola planta con un letrero con la leyenda: Worden´s. 

  Naturalmente, tenía que hacer una foto de aquello sí o sí. Bajé del taxi, crucé la carretera y realicé una serie de fotos. Un grito llegó a mis oídos: un anciano venía a toda la velocidad que le permitían sus piernas... ¿Sería quizá el hijo de Bernice? 

  Decidí no quedarme a comprobarlo, montamos en el taxi amarillo y nos marchamos de allí. Se notaba que, aún tras cincuenta años, aquellos hechos seguían escociendo en el pequeño pueblo. 

  El Viaje terminó, como todos. Mi mujer por desgracia fue víctima de aquella enfermedad que empieza con una C mayúscula, pero aquellos recuerdos no se borrarán nunca, y menos cuando veo una camiseta, una de mis joyas, donde se puede leer: 


Wisconsin, home of the cannibal killers and happy days.