viernes, 24 de agosto de 2018

The Honor Farm







Título original: The Honor Farm

Nacionalidad: EEUU

Año de producción: 2017

Director: Karen Skloss

Intérpretes: Olivia Grace Applegate, Louis Hunter, Dora Madison


  
  
  Los que me conocen saben perfectamente que hay una temática dentro del cine fantástico con la que disfruto de forma especial: la adolescencia. Con esto no me refiero a cualquier película protagonizada por adolescentes, sino a películas que tratan de la llegada y efectos de esta etapa tan conflictiva del desarrollo. Todos, aunque de forma diferente y con inquietudes dispares, hemos experimentado el mencionado proceso. A fin de cuentas la finalidad es la misma en todos los casos: asumir la madurez (algo que, desgraciadamente, no todo el mundo llega a conseguir). En EE.UU la ceremonia iniciática que conduce al grisáceo y complejo mundo de las canas, las responsabilidades, los chequeos médicos y las tarjetas de crédito, suele representarse en multitud de películas como el ingreso en la universidad, el primer trabajo o —campeón indiscutible— el famoso baile de fin de curso. Después, nos venden, llegan el adiós a la niñez, al nido familiar, y las mieles de la independencia.








  The Honor Farm nos presenta este proceso de un modo bastante caótico. Es como una remezcla de 3 películas con nexos muy flojos entre sí. La cosa empieza como la típica película al estilo Blair Witch, pero no de la manera dramática que uno piensa, sino más bien de la manera estúpida que es realmente. El joven idiota —entre los cuales me incluyo— que haya visitado un psiquiátrico abandonado, sabe a qué me refiero. Al final se convierte más en una comedia que en el film serio que prometía ser. Hasta aquí podemos pasar la mano. Pero luego, la trama se desvía hacia un entramado de sacrificios humanos, sectas y demás tonterías, por supuesto en tono jocoso, que hacen un flaco favor la visionado de la obra. Y en última instancia nos espera un final surrealista a orillas de un lago en el que, de forma clara, se trata el proceso de una adolescente que, incapaz de ocultar su cuerpo de mujer, abandona la inocencia y acepta su madurez. Todo lo importante transcurre en unos míseros 15 minutos, algo incomprensible cuando nos pasamos el 80% de la película inmersos en una trama infantiloide, capaz, por ejemplo, de poner a un dentista como jefe de una secta, entiendo que por el miedo que inspiran a esas edades los señores con bata blanca y tenazas. Lo peor es que la idea principal dista mucho de esto, sobre todo de lo que se muestra en sus últimos minutos, donde el conjunto adquiere un tono mucho más fantasioso y pueril. No se trata de una película de terror y la culpa no es del espectador, sino de su creadora, que con la pretensión de debutar en el mundo del largometraje ha estirado un cortometraje de 15 minutos hasta convertirlo en un bochorno innecesario de 75.








  En conclusión, ¿de qué va esta película? En teoría es una adivinanza. Un enigma que debe resolver su protagonista para escapar «sana y salva» del bosque. Tiene un cariz absolutamente metafórico y fanfarrón que sólo sería capaz de hacer reír a un niño. No considero que sea una película dirigida al público adulto, sino más bien un producto destinado a féminas preadolescentes en época de cambios físicos y desregulación hormonal. Temas como el despertar sexual, la curiosidad por mantener relaciones lo antes posible y su infantil humor, son mucho mejor valorados entre el público de este sector. Incluso como aproximación al género de terror podría parecerles ideal, porque no llega a ser realmente una película de terror. Yo, sinceramente, sentí un poco de vergüenza ajena al visionar este espectáculo desfasado para alguien de mi quinta. No la recomendaría, aunque quizás con un par de años menos me hubiese parecido algo especial y hasta habría destacado el clímax aleccionador sobre el uso del SPOILER preservativo FIN DE SPOILER. Sin embargo, no tengo un par de años menos y me parece una de esas mierdas que, no sé muy bien por qué, uno se muere de ganas por compartir con alguien.




A favor: 

-Cierto símbolo con forma de rosquilla que dará qué pensar. 
-Dura 75 minutos 



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