viernes, 29 de mayo de 2020

El Arropiero




Ilustración de Jose Ángel Conde




¡Viernes de criminología! Nuestro compañero Jose Ángel Conde nos trae un extenso artículo de investigación acerca del mayor asesino en serie de la historia de España: Manuel Delgado Villegas, más conocido como El arropiero. La labor de documentación de José Ángel ha sido encomiable, y por eso no debéis perderos esta impresionante entrada. Una historia capaz de marcar a cualquiera.





Agradezco al periodista y escritor español Juan Rada su inestimable ayuda en la documentación de este artículo 


“Soy un hombre muy tranquilo, no me meto con nadie…” 

  Así se definía Manuel Delgado Villegas en el año 1992 durante la única entrevista que concedió en su vida, relajado y fumando un cigarrillo detrás de otro delante de las cámaras de TVE (televisión pública española) en el hospital psiquiátrico penitenciario de Fontcalent, en Alicante. El asesino apodado como “el Arropiero” ostenta hasta la fecha el triste record de ser el mayor asesino en serie de la historia criminal española, al haberse atribuido 48 crímenes cometidos durante 7 años, de los cuales la policía investigó 22, pudiendo probar su participación tan sólo en 7 de los mismos. 

  Su espantoso currículum saldría a la luz pública tras la desaparición de dos personas entre diciembre de 1970 y enero de 1971 en el Puerto de Santa María (Cádiz): Francisco Marín Ramírez, un introvertido joven cordobés de 24 años, y Antonia Rodríguez Relinque, la “Toñi”, una deficiente mental de 38 años. El cadáver de Francisco apareció flotando en las aguas del río Guadalete el 12 de diciembre y se determinó su muerte por estrangulamiento. El 17 de enero se denuncia la desaparición de Antonia. En medio de una gran conmoción popular por estos sucesos la policía se fija en Manuel Delgado Villegas, que era nuevo en la ciudad y llevaba un tiempo saliendo con ella, hasta el punto de que los vecinos especulaban con que podían ser novios. La Brigada de Investigación Criminal (BIC) le detiene y le somete a un duro interrogatorio que levanta enseguida las sospechas de los policías debido a su comportamiento y confesiones contradictorias. Manuel finge un ataque epiléptico y presenta media entrada de cine como débil coartada. Tras un par de días y ante el asombro y la incredulidad de los agentes acaba confesando con chulería y frialdad no sólo la autoría de los dos crímenes, sino que se atribuye el asesinato de casi medio centenar de personas al cabo de siete años. Al principio sus interrogadores pensaron que fantaseaba pero la cantidad de datos y pruebas que aportó les llevó a darse cuenta de que estaban delante de un auténtico asesino en serie. La larga investigación posterior probaría como verosímiles 22 de esos homicidios. Pronto se extendió su siniestra fama. El Diario de Cádiz, un periódico local, le empezó a llamar “el Estrangulador del Puerto” pero, ante las quejas del alcalde por la mala fama que ese nombre pudiera reportar a la ciudad, se le acabó bautizando como “el Arropiero”. Su apodo definitivo se tomó de la profesión de su padre, al que ayudaba en la venta de “arropía” o “arrope”, un dulce o caramelo artesanal de higo. Un dulce nombre para un personaje con tan amarga trayectoria. 

  “El Arropiero” tuvo una biografía de lo más ajetreada. Nace supuestamente el 25 de enero de 1943, en plena miseria de la posguerra, en el seno de una familia muy humilde de Sevilla. Su madre Josefa, de 24 años, muere durante el parto y su violento padre, dedicado al negocio de las golosinas mientras educaba a sus hijos a golpes, manda a su progenie a vivir con su abuela materna a un barrio de emigrantes andaluces en Mataró (Cataluña) porque no tenía dinero para mantenerla. Su infancia fue penosa: además de la agresividad paterna y la pobreza que le rodeaba, se sentía marginado por su dislexia y tartamudez, que le impedían aprender a leer y escribir y le daban apariencia de deficiente mental. 

  A los 18 años, en 1961, ingresa en el Tercio Sahariano de la Legión, donde aprende el uso de las armas y a luchar, lo que le permitirá desarrollar su famoso golpe mortal, el “tragantón”, que consistía en impactar el cuello de la víctima con el canto de la mano, rompiendo la laringe y provocando así una rápida muerte por asfixia. En el ejército también se introduce en el consumo de drogas y cannabis y acaba siendo expulsado por no seguir la disciplina militar. De nuevo en la vida civil llevará una doble vida entre Mataró, donde vivía con su familia, y Barcelona, ciudad en la que realiza trabajos de todo tipo para sobrevivir (albañil, chatarrero, pastelero o incluso vendiendo su propia sangre en más de 1.000 ocasiones) y a la vez ejerce de macarra, chapero y proxeneta, siendo muy conocido en el barrio chino tanto por estar bien dotado como por su anaspermatismo o ausencia de eyaculación, que le permitían realizar varios coitos y mantener una erección durante horas. Fue detenido en varias ocasiones por la ley conocida popularmente como la “Gandula”, la Ley de Vagos y Maleantes, más tarde denominada de Peligrosidad Social, que no sancionaba delitos pero permitía la detención preventiva de los sujetos en campos de internamiento denominados Reformatorios de Vagos y Maleantes​, con lo que servía al estado franquista como herramienta de represión para las personas sin recursos. Sin embargo Manuel nunca ingresó en prisión porque fingía ataques epilépticos y los especialistas lo sentenciaban a ingresar en centros psiquiátricos de los que salía pronto. 

  A partir de este punto es cuando comienza su carrera asesina, pero se hace difícil reconstruir este período de forma concreta porque vivirá en la clandestinidad y para poder elaborar un relato coherente hay que acudir a sus confesiones, las de un asesino que se acusó de tantos crímenes que habría superado con creces en número el historial de los mayores serial killers del mundo. Atendiendo a esto, “el Arropiero” habría comenzado asfixiando a una extranjera en San Feliú de Guixols, matando a navajazos a otra en Alicante, estrangulando con un cable a un homosexual en Barcelona, metiendo en una cuba el cadáver de una mujer en Valencia y asesinando a un hombre en Madrid. Tras ello comenzaría su periplo por el extranjero, sobre todo en Francia, donde entraba de forma clandestina, llegando incluso a intentar alistarse en la Legión Extranjera. En el país galo fue detenido varias veces pero siempre se le devolvía a España por falta de pruebas, como la semana que pasó detenido en Narbona, acusado de asesinato. En 1962 estuvo en Marsella, centro del hampa de la época, donde realiza asesinatos para la mafia a lo largo y ancho del país. En París conocería a una joven miembro de una banda de atracadores, a los que ametralló porque no le admitieron en el grupo, y también mataría a una muchacha por delatarle. En Roma mantuvo relaciones con su obesa casera y, cuando esta descubrió que le era infiel con su sobrina, mató a las dos. Proseguiría con sus acciones en Montecarlo, donde machacó con una piedra la cabeza de una mujer rica que le acogió en su lujosa mansión, para después robarle el dinero y las joyas. Lo mismo ocurriría con un hombre que le propuso mantener en su casa relaciones sexuales, acabando estrangulado con un cable. Todos ellos serían crímenes cometidos con total impunidad debido a la capacidad de movilidad de “el Arropiero”, la ausencia de móvil aparente y la falta de un nexo conocido con las víctimas. 

  Su primer crimen oficial fue cometido sobre un completo desconocido en la playa de Llorac el 21 de enero de 1964, en la localidad barcelonesa de Garraf. La víctima, Adolfo Folch Muntaner, un jefe de cocina, dormía en el espigón de la playa para descansar de su trabajo cuando Manuel se le acercó, cogió una piedra y le destrozó la cabeza con ella. Después le sustrajo la documentación y un viejo reloj. 

  En otra ocasión pasó a la Ibiza de los hippies como polizón, moviéndose por los ambientes portuarios. Aquí cometería su segundo crimen probado, el asesinato de Margaret Helene Boudrie, una estudiante francesa de 21 años cuyo cadáver fue descubierto el 20 de junio de 1967 en una masía en Can Planas. Margaret había conocido al estadounidense Jules Norton en una discoteca la noche de su muerte y este la llevó a la abandonada casa. Allí la pareja consumiría LSD y diversas drogas mientras Manuel les observa escondido. Al negarse Margaret a mantener relaciones sexuales Norton abandona la casa malhumorado, dejando a la joven desnuda y drogada en la cama, momento que aprovecha Manuel para entrar, golpearla, violarla y apuñarla en la espalda, para después practicar la necrofilia con su cuerpo muerto. Norton vuelve a la casa porque había olvidado las gafas y la cartera y huye al descubrir el cadáver, pero es visto por los vecinos. Esto provocó el encarcelamiento del joven, ya que en su primera confesión a la policía negó haber estado en la casa. Norton pasó más de un año en prisión, siendo liberado por falta de pruebas, con lo que el caso quedó sin resolver hasta la detención definitiva de “el Arropiero” en 1971, un crimen que el asesino recordaba con especial excitación durante sus confesiones. 

  Durante un fugaz viaje a Madrid, el 20 de julio de 1968, liquida en Chinchón al agricultor Venancio Hernández Carrasco (tercer asesinato demostrado) con su golpe de legionario. Manuel se acercó a él para pedirle comida y Venancio le respondió que se buscara un trabajo, por lo que le mató con el “tragantón” y le arrojó al río Tajuña, un crimen que se tomó por un accidente hasta la confesión de Villegas.

  Su cuarto crimen oficial causó especial conmoción en la época, el asesinato del industrial Ramón Estrada Saldrich, personaje muy conocido de la burguesía catalana, dueño de los emporios mobiliarios de Muebles Nomar y parte de Muebles La Fábrica. Su cadáver fue encontrado el 5 de abril de 1969 en su local de la calle Diagonal de Barcelona. Estrada Saldrich era cliente habitual de Manuel y, tras mantener relaciones sexuales, éste último le pidió una cantidad de dinero que el primero se negó a darle. “El Arropiero” volvió a utilizar su famoso golpe para después estrangularle. En la autopsia se encontró el ADN de Manuel en un vendaje introducido dentro del ano de Saldrich pero, debido al prestigio de la familia, se decidió no airear el asunto. 

  El 23 de noviembre de 1969 cometería uno de sus crímenes más aberrantes, el quinto reconocido. Manuel abordó a una mujer de 68 años, Anastasia Borrella Moreno, y le propuso mantener relaciones sexuales. Ante la indignación de la señora la mató a ladrillazos y arrojó su cuerpo por una zanja de diez metros de altura. Después la arrastró hasta el interior de un túnel y la violó mientras la estrangulaba. Escondió el cuerpo bajo un plástico y volvió a practicar la necrofilia con el cadáver por lo menos tres noches seguidas, hasta que unos niños que jugaban en el túnel lo encontraron cuatro días después del execrable asesinato. 

  Su ruta de sangre culminaría en El Puerto de Santa María (Cádiz), cuando abandonó sus correrías y se dedicó a ayudar a su padre con la venta de dulces. Aquí cometería sus dos últimos crímenes probados antes de su definitiva detención. El sexto tuvo lugar el 3 de diciembre de 1970 y la víctima fue Francisco Marín Ramírez, un joven estudiante homosexual, miope e introvertido, con el que Manuel había entablado amistad. Tras un paseo en moto le asestó su golpe mortal porque, según él, había intentado acariciarle. Francisco se recuperó un poco pero, al reanudar sus insinuaciones, Manuel le estranguló y le arrojó finalmente al río, buscando aparentar de nuevo una muerte accidental. El joven vivía en la misma calle de la que sería su siguiente víctima, Antonia Rodríguez Relinque, “la Toñi”, una bella pero oligofrénica mujer que era conocida por su promiscuidad sexual, manteniendo relaciones sobre todo con los camioneros que estaban de paso por la zona. Antonia y Manuel pronto empezaron a juntarse, llegando él a considerarla su novia. Sus tortuosas relaciones sexuales estaban llenas de violencia, ya que, al parecer, “la Toñi” disfrutaba cuando la pegaban. Un día la cosa se les fue de las manos. Estaban en un descampado y Antonia le pidió a Manuel que le practicara el sexo oral, cosa que le asqueaba. Ella le insultó y le dijo que no era un hombre y él comenzó a pegarla. La discusión se acaloró y Manuel terminó estrangulándola con sus leotardos. Las siguientes noches volvió a frecuentar su cadáver. Como confesó a la policía, “Volví a estar con Toñi el lunes, el martes y el miércoles y hubiera vuelto hoy si no me cogéis”. 

Tras su detención y posterior confesión, el 24 de febrero de 1971 es trasladado a la Dirección General de Seguridad de Madrid, comenzando así su odisea de cárceles, psiquiatras y burocracia. Manuel Delgado Villegas tuvo el record de arresto preventivo sin abogado defensor, 6 años y medio, ya que se le diagnosticó una enfermedad mental y en esa época los detenidos en su estado no eran juzgados, sino que se les internaba directamente en un centro especializado. De esta forma evitó una más que posible condena a muerte en el garrote vil. Su caso, el del asesino más prolífico de la historia criminal española, que había estremecido a la sociedad de la época y desbordado a las autoridades, sufrió muchos de estos errores, como si fuera un asunto incómodo del que nadie se quisiera ocupar. Faltaron acusaciones particulares, hubo pocos testigos, pasó tres años en prisión olvidado y su expediente se perdió en 1973. Finalmente, en 1977, el fiscal Alejandro del Toro encuentra su sumario en Barcelona y promueve un nuevo juicio. La especial situación jurídica de “el Arropiero”, encerrado sin juicio, era un escándalo que podía remover los cimientos de la nueva democracia, así que se llegó a un acuerdo tácito entre jueces, policías y psiquiatras, que al principio no sabían cómo encontrar una solución. Al final la Audiencia Nacional emitió en 1978 un auto de sobreseimiento libre que archivó el caso y decretó el 20 de junio su internamiento perpetuo en un centro médico especializado. 

Su historial exterminador se concretó finalmente en 7 muertes probadas, 14 investigadas y 26 confesadas. La mayoría quedaron sin demostrar, en parte por la complejidad que suponía la necesidad de la colaboración de policías internacionales para poder aclarar muchas de ellas y por los limitados medios científicos de la época. Además de los records judiciales y criminales, “el Arropiero” cuenta con varios logros más que añadir a su macabro palmarés. Debido a las características de sus confesiones, fue un preso pionero en viajar en avión para realizar viajes de reconstrucción por todo el país junto a la policía para detallar los escenarios y circunstancias de sus crímenes. Así acompañó en 1971 al equipo dirigido por Salvador Ortega Mallén, “el Patillas”, inspector de la Brigada de Investigación Criminal, y Conrado Gallego, juez de Cádiz, que se asombraron por la precisión con que Manuel recordaba todos los detalles. Durante todo el viaje reinó en el grupo un ambiente de sorprendente y espontánea camaradería, en el que Manuel se permitía incluso bromear con los agentes. En una ocasión uno de ellos le comentó que en la radio habían hablado sobre un mexicano que había matado más gente que él. Manuel se quedó pensativo, se dirigió al inspector jefe y le susurró: “Jefe, déjeme libre 24 horas, por favor, para que ese tío no me gane”. 

  También fue el primer delincuente en España catalogado como portador del cromosoma XYY, una trisomía sexual por la que el sujeto está dotado con un cromosoma Y adicional, llegando así a tener un total de 47, uno más que las personas normales. Esta anomalía, compartida por criminales como “el Estrangulador de Boston”, era conocida por la medicina de la época como el “cromosoma Lombroso” o “cromosoma criminal”, siguiendo las teorías del criminólogo italiano Cesare Lombroso, el cual consideraba que los impulsos asesinos eran algo innato. Los estudios actuales han rebatido sus conclusiones, aceptando que tal trastorno puede llevar al desarrollo de una mayor agresividad que no tiene por qué concretarse en impulsos homicidas. Su caso llamó la atención de numerosos psiquiatras y especialistas, que le visitan y analizan con frecuencia en su lugar de internamiento. 

  “El vagabundo de la muerte”, otro de sus sobrenombres, pasaría más de 20 años en diferentes instituciones psiquiátricas y penitenciarias. Desde 1978 hasta el desmantelamiento del centro estuvo internado en el hospital psiquiátrico de Carabanchel (Madrid), por aquel entonces el único centro para enfermos mentales acusados de homicidio, donde vive completamente aislado y sigue siendo difícil de controlar. Aquí intentará estrangular a un joven alemán, condenado por el crimen ritual de Tenerife, y violar a una asistenta social. Durante su larga reclusión será sometido a todo tipo de terapias y tratamientos, como los electroshocks, las camisas de fuerza, las cadenas y las pastillas, que le irán degradando física y mentalmente hasta provocarle un envejecimiento prematuro agravado por el consumo compulsivo de tabaco. Así su aspecto físico cambiará hasta parecerse al de un anciano, con el cabello encanecido y una barba que le valió el apodo de “Robinsón Crusoe”. En Carabanchel trabó también amistad con José Antonio Rodríguez Vega, “el Asesino de Ancianas”, con el que presumía de sus logros criminales. 

  En 1988 se le traslada a Fontcalent (Alicante) donde su único contacto con el exterior serán las visitas de su hermana Joaquina dos veces al año. Con la reforma del código penal español, la Audiencia Nacional declara la sentencia de 1978 incompatible con el sistema de garantías de derechos fundamentales de la constitución, tras un complejo procedimiento burocrático iniciado por el abogado Rodríguez Menéndez. Los médicos forenses y psiquiatras le declaran no apto para ser juzgado debido a tener perturbadas sus facultades mentales. Según la jurisdicción española a un enfermo mental no se le podía imponer una pena, sino una medida de seguridad, como un internamiento, indeterminada en el tiempo en función de la evolución de su enfermedad, lo que determinan los médicos pero debe ser ratificado por un juez. De esta forma se le aplica el régimen abierto y queda prácticamente liberado en 1998, cuando se le traslada a un sanatorio mental en Santa Coloma de Gramanet, un centro sin barrotes y del que podía salir, por lo que vagabundeará entre Barcelona y Mataró, donde residía su hermana, hasta que dos meses después muere de un fallo cardiaco por insuficiencia respiratoria, producto de una enfermedad pulmonar, a los 55 años, el 2 de febrero de 1998 en el hospital de Can Ruti, en Badalona. “El Arropiero” dejaba esta vida inadvertido, todavía con muchos asesinatos sin esclarecer, por algunos de los cuales había gente en prisión, y con la duda de si en ese breve período de libertad había vuelto a asesinar o no. 

  Manuel Delgado Villegas era un asesino puro. Puede que sus primeros asesinatos fueran fruto de la necesidad, para conseguir dinero, comida o alojamiento, pero pronto empezó a matar por simple vanidad, para aumentar su número de víctimas. «”El arropiero” fue un asesino que reunió una cantidad de peculiaridades increíble. Fue una persona que mataba por impulsos sexuales, por robar, porque alguien le había mirado mal... Tenía unas pulsiones violentas dominadas por diferentes aspectos. Todas estas características le convertían en un criminal muy especial porque la mayoría de asesinos siempre suelen matar en base a un mismo patrón o motivo. Además, tenía la capacidad de asesinar con unos grados de violencia impresionantes, o hacerlo de forma sumamente sutil», explicaba Juan Ignacio Blanco, antiguo director del semanario de sucesos “El Caso”. Un ejecutor nada sistemático que actuaba muchas veces de forma impulsiva y aleatoria, lo que hacía muy difícil seguirle la pista. Su personalidad era la de un auténtico psicópata: narcisista, egocéntrico y megalómano, con una tendencia a fabular y mentir que hacía que sus declaraciones fueran muchas veces contradictorias. De complexión corpulenta y atlética, sus ojos eran de un azul frío y su aspecto camaleónico: sus fotos más célebres le muestran con un bigote al estilo Cantinflas pero acabaría sus días con una barba que le confería aspecto de vagabundo. Su actitud solía ser cerrada y distante, aunque los que le conocieron, incluidos los agentes que le custodiaron en el viaje de reconstrucción, le consideraban una persona muy divertida. Manuel poseía una larga lista de patologías: trastorno antisocial de la personalidad, epilepsia, esquizofrenia paranoide, alcoholismo, toxicomanía, delirio megalomaníaco, desorientación tempo-espacial, fuerte tendencia al autismo y a aislarse del mundo exterior… Por no hablar de sus parafilias, siendo la más recurrente la de su inclinación por la necrofilia. No mostraba el menor arrepentimiento por sus crímenes y los describía sin expresar la menor emoción, incluso jactándose de ellos. Su primer abogado defensor de oficio, Juan Antonio Roqueta Quadras-Bordes, dijo que “si saliera en libertad no tardarían en aparecer, a las pocas horas, cuatro o cinco cadáveres", y añadía que podía pasar de la calma más absoluta a matar si se le negaba un cigarrillo. En la entrevista que concedió a la televisión en Fontcalent, “el Arropiero” concluía con estas palabras: “Todo lo que estamos viviendo es un sueño, un sueño sobre una pesadilla. Y cuando ese sueño se acabe seremos ceniza”.




PARA SABER MÁS...







viernes, 22 de mayo de 2020

Historias del bucle



Imagen sujeta a derechos de autor



No existe ni un sólo ser humano que no se acoja al lenguaje proverbial. El proverbio está ligado a la sabiduría y en pocas palabras es capaz de condensar cualquier enseñanza indispensable. El proverbio nos convierte en pequeños filósofos, en gurús del día a día, y no sólo eso, también enriquece enormemente nuestro lenguaje. Entre todas estas lecciones que abundan en nuestro imaginario, conocemos una repetida hasta a saciedad: una imagen vale más que mil palabras. Discutida en base a múltiples puntos de vista, podemos adaptar esta máxima al caso que nos ocupa, con ciertas salvedades. Nos encontramos frente a un conjunto de imágenes capaces de evocar cientos y cientos de palabras miliméticamente conectadas y aptas para un fin primordial: la transmisión de sensaciones y emociones. 

   Conocía de lejos la obra del artista sueco Simon Stålenhag antes de adentrarme en el universo retro-futurista de Historias del bucle, serie de 8 episodios estrenada el pasado 3 de abril en la plataforma Amazon Prime Vídeo. Considerada entre las 10 mejores distopías mundiales, Historias del bucle es una de las obras de ciencia ficción ilustradas que mejor acogida ha tenido en los últimos 30 años. La obra gráfica, publicada por vez primera en el año 2015 junto a una serie de historias cortas, llegó a España el pasado mes de diciembre de 2019 gracias a la apuesta de Roca editorial, un movimiento de fichas inmejorable. 

  Por supuesto, cabía esperar que un artista internacionalmente reconocido como Stålenhag recorriese otros caminos alejados del ámbito editorial. Fue en al año 2018 cuando la productora Amazon Studios en estrecha colaboración con otras tres productoras, entre ellas Fox 21, se embarcó en este proyecto ambicioso que tomaba como partida las ilustraciones del aclamado artista sueco. Los ingredientes auguraban un apetecible resultado, y las altas expectativas se han cumplido. Son muchos los talentos involucrados en estas historias emotivas y visualmente deslumbrantes, desde su creador Nathaniel Halpern, pasando por otros nombres no menos celebrados como Jodie Foster, Ti West o Kim So Yong. En cada episodio tenemos una dirección distinta, lo que ofrece dinamismo a la obra y variedad de enfoques. Su trama no puede definirse como lineal, puesto que en cada uno de los 8 capítulos, con una duración aproximada de 50 minutos cada uno, acompañamos a un personaje diferente y nos sumergimos en sus secretos y su mundo interior. Sin embargo, todas las historias tienen varios denominadores comunes, uno de ellos es la interacción de sus personajes, íntimamente relacionados, y la otra el medio: una enigmática ciudad donde existen unas instalaciones conocidas por sus habitantes como El bucleLa presencia de un acelerador de partículas sufragado por el gobierno, dará lugar a una serie de experimentos capaces de cambiar por completo las vidas de todos sus habitantes. Las intenciones del producto quedan claras desde un principio, tanto a nivel visual como argumental. Se trata de un conjunto filosófico, que enfatiza más en el campo de las relaciones personales y los sentimientos que en el ámbito de la ciencia ficción propiamente dicha. Su puesta en escena es puramente mágica, logrando que el espectador forme parte del propio bucle para desplazarse hasta los años 70-80. Las situaciones vividas por sus protagonistas oscilan desde viajes en el tiempo, pasando por mundos paralelos u otros conceptos típicos que, como bien dije anteriormente, sirven de excusa para presentarnos conflictos personales de carácter intenso. Tampoco hace falta ser un experto en cine para valorar sus encuadres, sus planos largos o sus simetrías, ya que su gusto estético puede ser apreciado por cualquier tipo de público.

    Otro punto a su favor es la utilización de un fondo sonoro acorde con la pretensión de este conjunto artístico. La partitura de Philip Glass y Paul Leonard-Morgan al piano es indiscutiblemente sublime, capaz de retrotraer al espectador a su infancia y devolverle momentos de alta carga emocional. Es nostalgia pura, dura y abigarrada. Un lujo para los oídos de cualquier espectador exigente. En lo referente al conjunto, insisto sobre todo en el diseño de producción, la realización, la exquisita dirección artística y la mano de Stålenhag no sólo como guionista, sino en el apartado promocional de la serie con la creación de magníficos carteles. 

     Una producción que destila mimo, con un desenlace espectacular, eso sí no apta para espectadores impacientes y/o amantes de las tramas llenas de acción, el apoyo de un reparto que cumple con creces y, en general, la fuerza necesaria para que la balanza se incline a su favor. Indagando en la obra de Stålenhag, he tenido conocimiento de un segundo volumen titulado Things from the flood, que vendría a ser una continuación ambientada en los años 90. No tengo ni idea de si tal volumen dará lugar a una segunda temporada, pero en mi opinión este punto y final es perfecto. 



Imagen sujeta a derechos de autor




   

viernes, 15 de mayo de 2020

Mundo metamorfo






Como ya sabéis, en Caosfera nos hacemos eco de los últimos lanzamientos indie que nos llegan. En esta ocasión, nuestro compañero Samir Karimo (sobrenaturalokulto) nos informa de su nuevo proyecto junto al escritor Teodomiro de Moraleda (Relatos extraños) y Diego Lozada, un título disponible en Amazon kindle a un precio de risa. Os presentamos Mundo metamorfo:

   La tierra dará un gran cambio. Todos y cada uno de sus habitantes sufrirán una repentina metamorfosis. Sin un patrón específico, sus cuerpos serán sustituidos por otros pudiendo, por ejemplo, un hombre de 30 años amanecer en el cuerpo de una niña de 6. Lorenzo es un chico de 17 años que experimentará esta particular transformación, ya que su nueva apariencía será la de una chica de 15 años. Las consecuencias de este caos universal serán enormes...

    Como podéis ver, estamos ante una sinopsis un tanto particular. A vuestro juicio lo dejo. Sólo me queda desearles la mayor de las suertes tanto a Samir como a Teodomiro y Diego amén de, por supuesto, dejaros aquí el enlace de adquisición por si os animáis:











viernes, 8 de mayo de 2020

Entrevista a Francisco Negrete






¡Viernes de entrevista! Como sabéis, una vez al mes os traemos el interesante punto de vista creativo y autores y, en general, artistas. En esta ocasión, le ha tocado el turno a Francisco Negrete, autor en varios medios (Revista PenumbriaRevista EntropiaThe WaxRevista Letras y demonios) y antologías (Gritos sucios de Ed. Vernacci, Líneas de cambio 3 de Ed. Solaris) amén de crítico literario en su canal de Youtube  El conde de Bethancourt. Si queréis seguir todas las entradas culturales y novedades de Francisco, podéis hacerlo a través de la página de Facebook Señor muerte. Sin más que decir, os dejo conocerle mejor.




1. ¿De dónde surgió tu amor por la literatura? 

Desde mi más tierna infancia, si mal no recuerdo. Siempre fui elogiado como alguien con mucha capacidad, y al ser el menor de 4 hermanos, mi madre tenía bastante tiempo libre conmigo e insistía mucho en que desarrollase algunas habilidades académicas, entre las que destacaban las matemáticas y la lectura. Aún recuerdo esas tardes en las que me ponía a leer en voz alta los cuentos de mi libro de lecturas; media hora al día, precisamente. Fue algo más por imposición, y curiosamente, le cogí el gusto sin siquiera notarlo. Recuerdo con anhelo cuentos como La sopa de piedra, Juan sin miedo, La leyenda de El Tajín y Los siete truenos (un cuento tradicional de México) y un resumen de El fantasma de Canterville. También solía hacerme con ciertas revistas usadas y enciclopedias. Todos los domingos, mi madre, mi hermana y yo íbamos a un mercado ambulante y le compraba este tipo de material a un señor, que por cierto, todavía vende. Las revistas sobre dinosaurios destacaban ante todo, pues su aspecto monstruoso siempre se me hizo llamativo. 



2. ¿Recuerdas cuál fue el primer libro que disfrutaste? 

Por supuesto; esas cosas jamás se olvidan. El primero de ellos fue Frankenstein o el moderno Prometeo. Iba en 5to grado de primaria. Editores Mexicanos Unidos, mejor conocidos como EMU, habían establecido un pequeño kiosco en las afueras de la escuela para hacerle competencia a las tarjetitas de Yu-Gi-Oh y demás chucherías. Recuerdo que mi madre adquirió una buena cantidad de libros para seguir inculcándome el hábito de la lectura. En realidad son libros bastante baratos, incluso hoy en día; no obstante, dado el poco poder adquisitivo que teníamos en ese entonces, digamos que fue una gran inversión. 

  En fin, como iba diciendo, ese lote destacaba por la inmensa variedad de folclore local que contenía, en donde había leyendas y mitos sobre duendes mexicanos (aluxes y chaneques), naguales, brujas, dioses y guerreros míticos. Entre ellos había dos libros: Cuentos de amor, locura y muerte de Horacio Quiroga y el de Frankenstein; opté por este último. Lo recuerdo bien porque, dadas las influencias de películas y videojuegos previos, el interés en ver el desarrollo del personaje de Igor siempre me intrigó (no por eso la banda homónima es una de mis favoritas también), y al percatarme que en toda la maldita novela éste no aparecía, concluí que las historias que habían tenido sus raíces en los libros (como esta) eran muy diferentes de sus primos audiovisuales. Fue entonces cuando verdaderamente me interesó la lectura, dado que esos ligeros cambios me inquietaron de verdad. Finalmente realicé las actividades de lectura de comprensión que venían al final del ejemplar, algo muy gratificante, por cierto, dado que me hizo recordar las mejores partes de la novela. 



3. ¿Y la primera historia que se perfiló en tu mente e hizo que cogieses la pluma por vez primera? 

Vaya… ¡Que recuerdos! Bueno, siempre me han estimulado las pesadillas. Casi siempre me sobresalto a raíz de un sueño malsano. Esto fue más o menos a los 17 años. Siendo honesto, no había leído lo suficiente, mi ortografía y retórica eran terribles por aquellos años, y aún así, me animé a escribir. Trataba sobre mí mismo, en uno de los tantos valles semi-paradisiacos que todavía se pueden ver cerca de mi hogar, aunque ahora yacen ultrajados por paisajes industriales. Había grandes arboledas verdes que lo cubrían todo con una sombra esmeraldina. Y la muerte, tan presente en la cultura mexicana, me habló de forma incomprensible. Entonces recuerdo haber escalado un cerro y llegar a una casa; una casa tan marginal como todas las de la zona. Entré y divisé a una bestia “sin forma” devorando a una niña mientras sus padres se mostraban vacuos e indiferentes. Antes de despertarme horrorizado, recuerdo que los despojos de la criatura, especialmente su cabeza, comenzaron a flotar y hablarme de forma aún más incomprensible a como lo hizo La muerte. 

  En cuanto abrí los ojos salté de la cama, me dirigí al computador y empecé a teclear como loco, sin que me importaran detalles y aspectos tan técnicos, que para mí, ahora son muy importantes. 



4. ¿Influyó en tu decisión algún autor o autora en particular? 

Realmente sí. Creo que sería bastante evidente decir que fue Howard Phillips Lovecraft, dado que cuando descubrí su literatura (y más tarde a todo su círculo e influencias, incluido recientemente a Lord Dunsany), me di cuenta que existía una literatura que poseía todo lo que me inquietaba y gustaba por igual, es decir: dioses extraños y siniestros, lugares fantásticos e irreales, situaciones extremas de estremecimiento y un inminente amor por lo onírico y la naturaleza. Y bueno, cabe resaltar que, si lo vemos desde cierta perspectiva, la primera fue Mary Shelley, aunque Lovecraft y su círculo lo terminó por reforzar. 



5. ¿En qué género te sientes más cómodo a la hora de elegir una lectura y de crear? 

La fantasía oscura, y por supuesto, aquella que presente ciertos elementos viscerales del gore y el erotismo. Creo que es un campo que me permite explorar y explotar todo lo que tengo dentro de mi cabeza: esas situaciones de seres corrompidos por preceptos, que para nuestra mente, parecen divinos, aunque sean siniestros en realidad. 

  

6. Antes te he preguntado si influyó en tu decisión algún autor en particular, ¿tienes preferencia por algún autor del panorama actual? 

Es difícil decidirlo, sabes, pues como quizás hayas advertido ya, me inclino más por lo clásico, aunque te podría decir que siento un gusto especial por Thomas Ligotti y por Clive Barker (aunque sus tres primeros tomos de Libros de Sangre no hayan sido mucho de mi predilección). El uno es por su clara esencia y referencia a los clásicos que tanto me gustan, además de su visión tan clara sobre el papel tan insignificante que jugamos en el universo. El segundo es por la inclusión de elementos Gore y Splatterpunk en sus obras, todo a raíz de que, durante mi adolescencia, me interesé por el cine que exploraba estas facetas, topándome, como no, con Hellraiser o cintas como August Underground y Guinea Pig. Digamos, que para mí, convergen en cierta forma. 



7. En tu canal de Yoututube: El conde de Betancourt, te especializas en reseñas literarias. ¿Cómo surgió este proyecto? 

Con el paso de los años, y conforme mi poder adquisitivo se fue pronunciando más, adquirí una cantidad inimaginable de libros, especialmente de la editorial Valdemar. No es que le tenga manía a esa editorial, sino que simple y sencillamente se dio la casualidad de que ellos imprimen todo lo que a mí me interesaba (luego descubrí otras). En fin. Un día que mi viejo librero comenzó a pandearse por el peso de mis tomos, y de que muchos de estos no habían sido reseñados, me dije a mi mismo: «Sería buena idea reseñar estos libros, al menos para que la gente sepa de su existencia». Y bueno, creo que el resto es historia. 



8. ¿Qué criterios sigues a la hora de elegir las obras que vas a reseñar? 

En primera instancia, tiene que ser un libro que me guste. Realmente nunca voy a reseñar un libro que me haya causado cierta aversión. Anteriormente sí que hice eso con una recopilación de cuentos de Robert Bloch y con los tres primeros tomos de Libros de Sangre, y los resultados no fueron muy favorables que digamos. En segundo lugar, tiene que ser un libro encasillado dentro de los géneros que tanto nos gustan que es el terror, y en mi caso, el gótico de la vieja escuela. Con el paso del tiempo fui leyendo libros de filosofía y ocultismo (porque vamos, el terror y el horror te terminan llevando a eso); pero por obviedad, esos nunca los voy a reseñar, ya que además de parecer pretencioso, son temas un poco más delicados que uno no puede ir hablando a los siete vientos. Al menos yo no me animo. 



9. Eres una persona creativa en el ámbito de la escritura, ¿dirías que la creatividad es algo realmente alimentado por la cultura y el conocimiento, o corresponde más a impulsos? 

Bueno, ciertamente la creatividad abarca estos aspectos que dices. Necesitas cultura (que yo definiría como educación) y conocimiento para poder hablar sobre algún tema específico, pues de lo contrario, terminarás recitando puros trabalenguas. Sin embargo, creo que puedes tener toda la disposición e intelecto para poder crear algo, pero si no tienes los hábitos de la constancia, de la responsabilidad y el compromiso, creo que es muy poco probable que llegues a ser algo. Los maestros no nacen, se hacen. 



10. Según tu opinión, ¿qué género literario está actualmente en boga? 

Bueno, si revisamos la historia literaria, cada país, por muy globalizados que estemos hoy, tendrá siempre una literatura muy particular. Si queremos analizar el asunto de forma más generalizada, parece ser que aunque el realismo y los libros de reflexión y autoayuda son los dominantes en las librerías (o al menos las que yo frecuento) la literatura fantástica y de terror ha estado gozando de buena salud, sobre todo por las editoriales independientes de habla hispana que veo que rondan por el mercado. 



11. Estás participando en diversos proyectos literarios con relatos y artículos de tu cosecha, ¿dónde podemos encontrarte? 

Las reseñas las pueden encontrar en formato escrito en el blog de Penumbria. Recientemente Editorial Solaris lanzó Líneas de Cambio 3, que es un especial de fantasía épica al más puro estilo de Robert Howard. Siguiendo esa premisa, creo que es más sabido por ti y tus lectores que me pueden encontrar en Gritos Sucios, además de leer un relato de suspenso en el primer número de la Revista Entropía. En la revista Letras y demonios No.8 también me pueden encontrar con un relato de terror fantástico sobre nahuales (o algo parecido a ello) y otros sitios más, que podrán encontrar en la descripción de mis vídeos. 



12. ¿Qué les dirías a los lectores para convencerles de que se acercasen a tu canal y a tus proyectos? 

En cuanto al canal de Youtube, les diría que si quieren acercarse a reseñas donde se traten y se desmenucen con simpleza algunos elementos intrincados de los libros del terror clásico, creo que el espacio les gustará, además de que estos temas son tratados con seriedad, y sobre todo, de una forma bastante didáctica, sin caer obviamente en el tedio. En cuanto a mi obra literaria, bueno, les diría que si lo que buscan son historias largas con elementos inquietantes, fuera de lo común, oscuros, llenos de referencias a la sangre, los temas sacros, situaciones irreales y que además se toquen tópicos de manera sutil como la mística, entonces creo entonces que dichos cuentos son para ustedes. Por cierto, todas las historias están conectadas, porque vamos, a mi me gusta hacer referencia a mis otras entregas. 



13. Háblanos acerca de tus futuros proyectos y añade todo lo que desees. 

En estos tiempos de cuarentena estaré dándole duro a las reseñas en el canal, y por otra parte, a intentar participar en alguna que otra convocatoria de relatos cortos. Ya por el mero gusto de escribir, creo que continuaré con los cuentos largos de una serie de historias sobre un detective de lo paranormal: algo parecido a John Silence (aunque con más dramatismo) la cual sería una saga de 7 u 8 cuentos que estarán igualmente conectados con todo lo que he escrito hasta ahora, inclusive con el relato de Gritos Sucios. Tengo entre mis planes lanzar igualmente una revista literaria, aunque eso es más un proyecto a largo plazo dado otras actividades que debo desempeñar. 

  Y bueno, como conclusión a esto, simplemente les hago una atenta invitación a seguir disfrutando de estos, nuestros géneros: el terror, la fantasía y el splatterpunk pese a todos los cánones literarios de hoy. Después de muchos años, algunos críticos siguen considerándola como una literatura de segunda categoría; como desvaríos de meros locos. Yo digo que nos acerquemos más a ella, que demostremos lo contrario y que no importa si sólo eres un lector o te interesa aportar algo con un escrito. Existen muchas maneras para enriquecerla, como bien puede ser un pequeño blog como este, un canal muy de nicho como el mío o las revistas y sitios que albergan el trabajo de autores principiantes y amateurs. 


Muchas gracias por responder esta entrevista.


viernes, 1 de mayo de 2020

Magia con plumas (Parte 2)






Hace algunas semanas hablamos de las propiedades mágicas de la pluma de ave. Empezamos con una pequeña introducción que podéis recordar aquí, y que asentaba los conceptos más básicos sobre el significado y poder que tienen estos peculiares regalos de la naturaleza. Como ya comenté, en esta sección iremos hablando, por orden alfabético, de las diferentes tipos de aves existentes, de sus cualidades como animales de poder y de las propiedades de su plumaje en función del color y las características representativas de cada criatura en cuestión. Éste es el plato que tenemos preparado para este viernes: 






ABUBILLA




  1. Solitaria
  2. territorial
  3. Viajera
  4. Familiar

    La descripción de este ave, unida al color de sus plumas, nos indica que es una buena baza para rituales de concordia y equilibro. También podría considerarse para hechizos de prosperidad en el ámbito laboral, sobre todo cuando se trata de un trabajo que obligue a viajar constantemente. Los colores que atezan el plumaje de la abubilla son el negro, el naranja, el marrón y algunas franjas en blanco. Las plumas de color naranja representan el éxito y el poder, las marrones benefician la estabilidad de la pareja y estrechan vínculos familiares y el negro es especialmente útil para ritualísticas  de protección y sabiduría.

     Tomando como modelo estos parámetros, a continuación procederé a exponer diferentes tipos de rituales que combinan procedimientos antiguos con otros más actuales:



RITUAL PARA LA CONCORDIA FAMILIAR

        Existen diversos tipos de procedimientos para este tipo de rituales, en algunos de ellos la presencia de cuarzo rosa es fundamental, debido a que este mineral posee amplias propiedades en el campo de la autoestima, la paz interior e, incluso, el amor. Por eso el paradigma que he tomado en esta ocasión contiene el uso de esta piedra energética.

       La primera cuestión a tener en cuenta sería la limpieza del cuarzo. Podemos colocarlo en una ventana de forma que, durante 3 días seguidos, reciba las energías cósmicas del sol y la luna. Durante ese mismo periodo de tiempo debemos limpiar las plumas. Podemos usar las de color marrón y naranja, aunque son preferibles las marrones, y combinarlas con incienso tres veces al día: mañana, tarde y noche. Recordemos que el incienso representa el presente y sus cenizas lo que deseamos enterrar, por lo que no debemos tocarlas al terminar el proceso, sino recogerlas y guardarlas en un recipiente. Tras estos tres días, ambos objetos están listos para su uso.

  1. Colocamos el cuarzo rosa en un lugar donde la familia se reúna habitualmente, junto a una pluma de abubilla de color marrón o naranja (si tuviésemos un manojo de plumas, mejor aún). A ser posible, colocamos el cuarzo y la pluma sobre una bandeja de plata, ya que la plata es un material con un alto poder protector y asociado a la luna.                                                                                                 
  2. Los días de luna creciente debemos concentrar toda nuestra energía en ambos objetos y formular nuestra petición con claridad y concisión.                                                   
  3. No debemos retirar ambos objetos en ningún caso hasta que reine la concordia. Aun así, es preferible conservarlos, ya que continuamente irradian energías positivas.


RITUAL PARA EL TRABAJO

       Junto con los de amor y dinero, los rituales de trabajo están entre los más demandados. Algunos de los minerales utilizados en este tipo de rituales son la pirita negra, el cuarzo marrón, denominado ahumado, o el cinabrio. Ya que anteriormente hemos expuesto el uso del cuarzo, será este mineral el que utilicemos para nuestro fin:

  1. Introducimos el cuarzo en un recipiente con agua y le añadimos una cucharadita de sal marina. Después de 24 horas verteremos el agua del recipiente y seguiremos lavando la pieza con agua del grifo hasta eliminar toda la sal. Tras este proceso de limpieza, la piedra deberá permanecer durante una noche expuesta a la luna.                                                                                                                                 
  2. Escribimos el nombre de nuestra empresa en un papel, así como la petición que deseamos realizar. Envolvemos la piedra y las plumas con el papel y atamos todo bien atado con un hilo de color naranja.                                        
  3. Enterramos ambas cosas en una maceta de forma que nuestra petición entre en contacto con las energías de la tierra y el éxito florezca. Cuanto más tiempo conservemos este ritual, mejor.


RITUAL PARA VIAJES

       Al ser la abubilla un ave migratoria e independiente es uno de los rituales que más relación guarda con esta especie. Para este último ritual vamos a utilizar cuarzo negro, un mineral neutralizador capaz de difuminar cualquier pensamiento negativo o duda. Vamos allá:

  1. Utilizaremos un recipiente de vidrio que debemos llenar con agua marina. Si no tenemos agua marina, añadimos una poca sal con ayuda de una cuchara. Al cabo de tres horas sacamos el mineral y le retiramos la sal. Esta piedra se carga positivamente a través del frío, por lo que debemos introducirla en el congelador durante un periodo no menor de 48 horas.                                                  
  2. Utilizaremos una foto del lugar donde deseamos viajar, y sobre ella colocaremos el cuarzo negro y una pluma de color negro y blanco. Formularemos en voz alta nuestra petición sin relajar el estado de concentración.                                                                                                                 
  3. Es preferible dejar el pequeño altar en una habitación previamente purificada con incienso y libre de energías. Para magnificar su efecto, podemos colocar dos velas blancas y dos velas negras apuntando a los cuatro puntos cardinales. Las velas negras proporcionarán protección, mientras que las blancas actúan también como purificadoras del ambiente.




OBSERVACIONES

  Como podemos observar, la numerología es una disciplina primordial y fundamental en el campo de la mageia desde la más estricta antigüedad. Comprenderla absolutamente es harto complejo, aunque sí nos podemos guiar por conocimientos básicos al tiempo que ampliamos nuestro conocimiento. Según Pitágoras, el número 3 representaría la construcción universal y la perfección en lo material, lo espiritual y lo intelectual, por lo que es un número muy ligado a los procesos de limpieza. Respecto al número 24, se le atribuye un significado emocional, ya que el 2 representa el equilibrio y el 4 está ligado a la sabiduría y, a nivel religioso, relacionado con los 4 arcángeles. Por otra parte, el número 8, si está escrito en horizontal, representa el infinito y, en su forma habitual, la fusión de las fuerzas cósmicas y terrestres. Mucho antes de acometer un proceso de limpieza, recomiendo fervientemente que exista documentación previa, ya que sin pretenderlo podemos trastocar nuestro entorno y provocar la aparición de energías negativas.

     Al igual que sucede con la numerología, la mageia y la minería se encuentran estrechamente unidas. Para unos mito, para otros realidad, lo cierto es que no dejan de ser un instrumento de poder y transmisión energética, como sucede con cualquier elemento cargado con nuestra "identidad" y fuerza psíquica. Antes de ser utilizados, los materiales deben ser estudiados en función del color y tipo de petición que deseemos realizar; otro campo importante en la ritualística. 


NOTA FINAL

      La sabiduría es siempre el pilar fundamental de toda acción, así como lo es la responsabilidad. Como practicante de la magia del caos y defensora de la metodología libre debo declararme contraria a toda acción basada en el daño a cualquier ser vivo, la superchería o la falacia devenida de creencias dañinas y suspicaces. El arte de la mageia consiste en alcanzar metas mediante la apelación al conocimiento y la iluminación, las artes ilícitas terminan pasando factura y convirtiéndonos en un hervidero de putrefacción.


NIEVES.