viernes, 4 de septiembre de 2020

Magia con plumas (Parte 5)






Después de varias semanas fraguándose a fuego lento, regresa esta sección donde se explora la utilidad y el poder de los elementos que nos brinda nuestra más celosa guardiana: la madre naturaleza. A todos los nuevos, bienvenidos seáis, aquí os dejo los enlaces de capítulos anteriores para que os pongáis al día.












AGATEADOR

  1. Sedentario
  2. Mimético
  3. Trepador
  4. Cómplice


    Ave muy frecuente en nuestros montes, el agateador común es un pájaro de pequeño tamaño que prolifera especialmente en la zona de Europa Occidental, pues tal es la localización de la familia Certhidae, orden a la que pertenece este pequeño habitante de las forestas. Son seis las especies reconocidas de estos animales, diferenciadas por los colores de su plumaje y sus pautas de comportamiento. Su plumaje es de carácter críptico, presentando colores pardos y oscuros capaces de fusionarse con el medio.

   Dadas las características que presentan, sus plumas pueden ser especialmente utilizadas en rituales para la amistad, la desinhibición y la sociabilidad. A continuación expondré algunos ejemplos útiles de este tipo de ritualística.


RITUAL PARA LA AMISTAD

  El agateador es, per se, un ave cómplice y esta cualidad puede ayudar en el campo de nuestras relaciones personales. Puede que existan cosas relativas a nuestro carácter que deseemos mejorar, como dejar de mostrar una personalidad en apariencia fría que pueda disgustar a esa persona con la que siempre hemos vivido una mayor cercanía. Imaginemos que hemos encontrado una pluma de agateador, esta es nuestra oportunidad para reforzar la relación que tanto nos llena.

   En esta ocasión, utilizaremos el poder de la geometría para lograr nuestro propósito, y el primer ítem que utilizaremos será una pirámide de cobre. En el campo de la mageia, el cobre es visto como un elemento de transmisión energético que conecta nuestros cuerpos físico y astral. Como símbolo esotérico el triángulo simboliza el equilibrio. Corresponde al número tres, según Pitágoras el número que resuelve los misterios del cosmos. Esta tríada conformaba la unión de los números anteriores, el uno y el dos, simbolizando por ende la armonía y perfección. 

   Para este ritual aprovecharemos la energía lunar. Según L. Moeller, redactor de una de las obras claves para comprender el influjo de las 13 lunaciones sobre el ánimo de los seres humanos, los estados de la luna nos inducen a diversos actos y formas de sentir. Este autor distingue 8 fases lunares, de este tema hemos hablado ya en post anteriores. Según su teoría, la luna nueva es la mejor fase lunar para curar nuestro espíritu y será la que aprovecharemos para iniciar este ritual. 

    Tomaremos la pluma de agateador y la colocaremos en la ventana, de forma que la luz de la luna nueva incida sobre ella. Al lado situaremos la pirámide de cobre y, si es posible, una foto de la persona con la que deseamos estrechar o mantener vínculos. De esta forma ambos amuletos quedaran recargados pero, eso sí, deberán ser retirados antes de que el sol comience a despuntar, ya que esto puede provocar que pierda efectividad el influjo lunar.


RITUAL PARA LA DESIN HIBICIÓN

    Pongamos el caso de que somos especialmente tímidos, y esto no sólo afecta a nuestras relaciones personales, sino también a nuestras oportunidades de trabajo. Con este ritual trataremos de adquirir seguridad y potenciar nuestro carisma en la medida de los posible.

     Para ello escogeremos la luna gibosa, esto es cuando el sol ilumina las tres cuartas partes de la cara lunar que vemos desde la tierra. Durante esta fase nuestro nivel de confianza en los demás crece y debemos aprovechar esta ventaja.

     Si para el anterior caso hemos escogido una pirámide de cobre, en esta ocasión vamos a usar un hexágono de bronce. Según los convencionalismos de la geometría sagrada aplicada al diseño, el hexágono representa la armonía de los opuestos, es decir, la llamada armonía del caos. Por esto será una pieza primordial para lograr despegarnos de nuestra actitud introvertida y ser más ambivalentes, es decir, ofrecer a los demás una actitud diferente a la que podamos tener hacia nosotros mismos. El bronce, surgido de la aleación del cobre y el estaño, es un metal ligado a la creatividad por su uso decorativo amén de favorecer un sentimiento como el amor, el amor que debemos sentir por nosotros mismos y, en segunda instancia, por los demás.

     Para este ritual lo ideal sería un patio cerrado donde pueda incidir la luz lunar o, en su defecto, una habitación  libre de energías negativas, es decir previamente purificada con incienso. En el centro del patio o la habitación colocaremos la pluma de agateador junto al hexágono y nos concentraremos profundamente en nuestro deseo. Debemos trabajar la voluntad a conciencia. Cuando sintamos que hemos proyectado nuestra energía de forma correcta, tomaremos los ítems y los colocaremos debajo de la cama, para que el ritual siga surtiendo efecto durante las horas de sueño. No volveremos a tocarlo hasta la próxima luna gibosa.



RITUAL PARA LA SOCIABILIDAD

    Este ritual sigue la línea de los dos anteriores, puesto que gira en torno a la misma línea. Igual que en el caso anterior, podríamos usar un hexágono de bronce y seguir los mismos pasos con un único cambio, utilizaremos un cordón negro que represente el símbolo del infinito introducido por Gérard Desargues. Uno de los significados de este símbolo es el amor en todas sus vertientes, lo cual estimulará nuestra sensibilidad. 



OBSERVACIONES

   Cuando hablamos de geometría sagrada nos referimos a las formas geométricas presentes en recintos o templos considerados sagrados. Es un concepto principalmente ligado al diseño. Se trata de una serie de observaciones y términos complejos que abarcan no sólo el aspecto astrológico y ocultista, sino también el psicológico o fisiológico. La geometría es vista como un campo de sabiduría, puesto que el propio hombre está conformado por diferentes formas geométricas. Así la esfera representa el contenedor que sostiene todas las formas existentes y el círculo, como representación bidimensional de la esfera, representa la unidad e integridad universal. El punto sería el principio y fin de la cualquier situación, una espiral la expansión y el crecimiento, y los toroides la forma primaria de la existencia. 

  Otros conceptos sagrados serían la vésica piscis o vegiga del pez, una forma almendrada que devendría de la intersección de dos círculos de igual tamaño cuando sus centros tocan. Representa la fecundidad y en el cristianismo la figura de Cristo. Los grupos de formas tridimensionales conocidos como sólidos platónicos están divididos en 5 formas: tetraedro, hexaedro, octaedro, dodecaedro e icosaedro. El cubo de Metatrón representa en el judaísmo la forma angelical que guarda el tono de Dios o trono divino. Los sólidos platónicos, la vésica piscis y el cubo de Metatrón estarían dentro de la llamada Flor de vida, su nombre deviene de que, precisamente, esta forma se la dan varios círculos colocados de forma espaciada y ensamblados para formar la que sería la cabeza de la flor. 

  Nos queda el término proporción áurea, cuando dos elementos poseen una relación idéntica al compararse entre sí. Un término puramente matemático.


NOTA FINAL

    El hexagrama unicursal es una adaptación crowleriana del denominado hexagrama clásico, como el que hemos utilizado hoy en este modelo ritualístico. Este hexagrama tiene un aspecto irregular, con algunos vértices más alargados. Fue diseñado para representar la corriente Thelema y es un símbolo que tiene clara inspiración en la denominada estrella del rey Salomón. Podemos tomar esta forma como representación genérica de nuestra voluntad verdadera que no debe confundirse con meros caprichos terrenales. El concepto voluntad llega de la realización que obtenemos mediante el conocimiento, primordial en el campo del esoterismo y ocultismo. Según el misticismo crowleriano para dar rienda suelta a esta voluntad debe desprenderse la mente consciente de la subconsciente. Todos podemos llegar a este punto, pero nunca lo haremos si manejamos cierto tipo de situaciones o prácticas desde el desconocimiento y la incredulidad. La voluntad es nuestra principal ayuda y debemos trabajarla día a día. 




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