viernes, 1 de octubre de 2021

Entrevista a Dani Luceniggia

 



¡Nueva entrada! Después de varias semanas, tengo el gusto de presentaros a un nuevo compañero de letras, además de amigo, que siempre es bien recibido en Caosfera: se trata de Dani Luceniggia, un escritor que tiene mucho que contaros y que ha comenzado su andadura con una novela muy muy musical y singular... ¡Ya podéis conocerle!




1. ¿Quién es Dani Luceniggia?

Esta pregunta tiene múltiples respuestas ¿No crees? En mi DNI dice que soy un varón de 41 años y que vivo en Sevilla. Por otro lado, soy un tío que ha tenido gran la suerte y el empeño de poder lograr una de sus metas que era la de escribir y publicar un libro. Disfruto enormemente de ello y de lo que me brinda: Las firmas, las presentaciones, los viajes, las entrevistas…

  También soy un cuarentón, calvo, con algo de sobrepeso, perdido y atascado -laboralmente hablando- en un país que padece titulitis.


2. ¿De dónde nace tu interés por el campo de la literatura?

De la creatividad, de lo artístico. Siempre me han gustado las cosas creativas, visuales, las cosas que impliquen tener que usar la imaginación con o sin fronteras o reglas. De pequeño me gustaba dibujar, de adolescente las artes escénicas, de adulto el montaje de video y el retoque fotográfico. Durante todos esos años, en menor medida, todo iba regado con la lectura. Tengo el recuerdo de mi adolescencia en la playa de Matalascañas escuchando The Doors en el walkman, el mp3 no estaba "inventao", mientras leía a Shakespeare. Años más tarde vino el salto a la escritura.


3. ¿A qué edad comenzaste a juntar tus primeras letras?

Comencé a imaginar historias con tramas complejas, con distintos personajes y estructuras definidas, de una manera más seria, a los 18 años. El periodo del servicio militar da para algo más que aprender a manejar un fusil. Durante la soledad e inactividad de las largas guardias de madrugada en invierno comencé a crear esas historias que quedaban almacenadas en mi cerebro. Después, también sacaba bastante tiempo mientras trabajaba por las noches en un pub en la playa. Abríamos a las 22, creo, pero los clientes llegaban sobre las 00, de modo que mientras preparaba la barra y todo lo necesario para empezar a trabajar le iba dando vueltas a las historias en mi cabeza. ¡Creaba cortando los limones en rodajas! Teníamos unos flayers amarillos y verdes cuya cara posterior no estaba impresa y yo los usaba para hacer anotaciones de esas historias. Cuando terminaba el verano tenía más flayers garabateados guardados en la cartera de los que había repartido a los clientes. Posteriormente escribía historias cortas que luego enviaba a algunos amigos por email para que las leyesen y me dieran su opinión. Aconsejado por José Carlos, un buen amigo de la infancia, cree mi blog El Chupi Literario. En su primer año el blog alcanzó las 4.000 visitas, que no sé si estará bien o mal, pero a mí me pareció una cifra respetable, lo que me animó a escribir una historia larga para editarla en formato físico y así nació Danny Labraggio, por Ralph Miller.


4. ¿Tienes algún autor o autora que te inspirase para entrar en este mundo literario?

Sí, Charles Bukowski y creo que Bret Easton Ellis, me gusta mucho la forma que tienen de narrar y las idas de cabeza que tienen, especialmente la de Bret. Si bien es cierto que el primer autor al que leí por voluntad propia durante cuatro o cinco libros seguidos fue William Shakespeare. Me resultaba bastante pesado cuando en el colegio o en el instituto me obligaba a leer El Lazarillo De Tormes. Me creaba una sensación contradictoria, veía que la lectura me gustaba, pero no los libros que me obligaban a leer, así que decidí investigar un poco a ver qué tipo de libros o qué escritor podría interesarme. En la feria del libro que organizaban en Matalascañas vi expuestos ejemplares de Otello, Romeo y Julieta, Hamlet, Julio Cesar… Obras que me sonaban y me sorprendió que todas estuvieran escritas por la misma persona. Pensé: lo mismo este tío es bueno ¿no? así que me decanté por Shakespeare y a día de hoy tengo un tatuaje con su cara en el hombro izquierdo. Luego, ampliando el campo, conocí a Bret Easton Ellis y por supuesto a Bukowski. Últimamente también me ha dado por Stephen King -sé que no estoy descubriéndole nada nuevo a la gente-. Yo pensaba que infundir miedo y provocar terror a las personas mediante un texto era algo imposible, pero leyendo El Resplandor hay un capítulo en el que el niño se queda encerrado en una construcción bajo la nieve y lo persiguen, sentí bastante… ¡asfixia! Eso no sale en la peli.

  Volviendo al tema de la obligación de leer en el colegio, hace poco intenté releer El Señor De Las Moscas… Volvió a no gustarme, igual que me ocurrió cuando me obligaron en el colegio. A los estudiantes hay que obligarles a leer, pero dándoles vía libre para que elijan sus libros. Si el sistema educativo quiere que conozcan ciertas obras o ciertos autores -estoy de acuerdo- se deben tratar en clase solo los grandes éxitos, algunos fragmentos, capítulos sueltos, estrofas, la biografía del autor y el movimiento en el que se ve involucrado. Si al alumno le interesa ya se encargará él mismo de buscar más información y leer el libro completo, pero leerse auténticos tochos de una manera forzada solo contribuye al aburrimiento y a la aversión a la lectura.


5. ¿Cuál es tu libro preferido?

Mi favorito es Las uvas de la ira, de Steinbeck. Es un libro muy triste, pero muy bien escrito y descrito. Casi estás haciendo el viaje con esa familia. Además, lo tengo asociado a una época triste de mi vida de la que salí fortalecido y aprendiendo mucho. Recuerdo que terminé de leerlo en casa de mis padres, sentado en el poyete de la ventana que da al balcón una tarde gris, casi lloviendo. Me lo recomendó mi amiga Belén. Luego hay una serie de libros que me he dado el gusto de releer: Historias Del Kronen, American Psycho… Pero, aunque me gustan, no son mis favoritos.


6. ¿Tienes alguno que no soportes?

No me suelen gustar los que les gustan a todo el mundo, los que se presupone que son buenos… He dejado de leer supuestas joyas literarias como Cien Años De Soledad, Lolita y algunos otros que no me engancharon en absoluto. En la película Amadeus hay una frase que siempre me hizo mucha gracia: Gente tan encumbrada que casi cagan mármol. Creo que hay muchos autores y libros a los que les ocurre eso. Las Uvas De La Ira es un auténtico tocho, pero entretiene de principio a fin. Hay mucha gente que cuando les cuento que dejo libros a la mitad porque me aburren me contestan: no, yo no puedo. Yo si empiezo lo termino, aunque no me esté gustando. Les sonrío y les pregunto si les gusta sufrir o les va el sado. Tengo comprados El Guardián Entre El Centeno y Los Renglones Torcidos De Dios… Miedo me da empezar, por si me decepcionan.


7. ¿Te gusta algún género en particular?

No me gustan géneros concretos, no tengo ninguno preferido. Leo poco, pero de todo, aunque sí es cierto que me gustan mucho los escenarios de Bukowski, los bares, los borrachos, las peleas en el callejón de atrás, el hipódromo, la cama con las sábanas sudadas. ¿Es eso a lo que llaman costumbrismo? ¡Ah! también me gustan mucho los de Julio Muñoz, (@RancioSevillano ) son cómicos, pero al estar ambientados en Sevilla, en fiestas populares y calles que conoces… Tienen un punto que me hacen sentir cómodo. Por cierto, me quedé en el cuarto libro, el de El Misterio Del Perro…Tengo que retomar esa lectura.


8. ¿Cuál es el germen de tu obra?

¿Me preguntas de donde salió o que quiero hacer que germine en el lector? Da igual, te contesto las dos cosas.
Esta primera novela sale de la época en la que escribía pequeñas historias de tres o cuatro folios para mi blog. Si te digo la verdad, se me ocurrió viendo Los Simpson. En esa serie el capítulo siempre empieza con algo que no tiene absolutamente nada que ver con la trama real del resto del capítulo. Si lo analizas, lo entiendes mejor mirándolo en orden inverso, desde el final hasta el principio. Te preguntas cómo ha llegado la historia hasta ahí. Entonces quise escribir sobre la vida de alguien, pero contándolo hacia atrás. ¿Por qué no un famoso cantante de música swing que vaya contando hacia atrás qué pasos le llevaron a estar donde está? Cuando la tenía medio escrita me di cuenta de que la historia era tan bonita y se le podía sacar tanto jugo que había que contarla entera y hacia adelante. No podía malgastar esa historia con ese experimento nacido de Los Simpson. Aquel relato quedó guardado en un cajón bastante tiempo hasta que me decidí a escribir una novela larga, entonces lo encontré y pensé ¡Ahora es el momento!

  Contestando a qué germen lleva mi obra o qué quiero inculcar a mis lectores, contesto que la curiosidad musical. El libro está plagado de referencias musicales, de estribillos, de títulos. Me gustaría que cuando le gente leyese mi novela se parasen a buscan en youtube qué canción suena en el coche del protagonista, o cual están cantando en vivo desde el escenario mientras él cena con su novia. Es más, leyendo mi novela incluso aprenderás la receta para hacer un cocktail llamado Old Fashion. Me gustaría que alguien lo probase y me escribiera para decirme que efectivamente siguió los pasos y se lo tomó a mi salud.


9. ¿Qué podemos encontrar en tu primera novela: Danny Labraggio, por Ralph Miller?

Tal y como he escrito en muchas de las dedicatorias “Un viaje musical en el tiempo”. Siempre me gustaron las historias en las que se cuenta la vida de una dinastía, la forma en la que una familia crece y crea un imperio, una compañía, una multinacional… La película Gigante, de James Dean, es un ejemplo clarísimo del tipo de historias que me gustan y creo que en mi novela hay un poco de eso. Es la historia de un niño neoyorquino que procede de una familia humilde, pero los acontecimientos le llevan a ser una estrella internacional de la música. Es a la vez un recorrido por la historia del mundo contemporáneo, ya que la historia ficticia que cuento está mezclada con personajes y eventos reales que realmente tuvieron lugar en un momento determinado. Un efecto que destacaría es la evolución de la música. En la película Uno de los nuestros me llamó la atención como el tipo de canciones que aparecen en la banda sonora va evolucionando con el paso de los años en la historia, se van adaptando. Aquí ocurre igual, empiezas con un repertorio italiano muy clásico y llega un momento en el que aparece una canción de Aerosmith en los 90.


10. ¿Qué te llevó a abordar esta temática?

La pasión por la música swing. La respuesta a esta pregunta se solapa un poco con algunas de las anteriores, pero diría que la música. Creo que mi generación creció oyendo a Prodigy y otros sonidos parecidos y se dejó atrás cosas como el Rat Pack o el rock más puro y clásico de los primeros años de Elvis Presley. De alguna manera los rescato en este libro sumándole lo que comentaba anteriormente sobre narrar la evolución de una persona o una familia. Una de las mejores, más concisas y directas críticas que me han hecho sobre el libro me la hizo mi amigo Paco Rios: le has hecho un gran homenaje a tus ídolos, sueños y miedos.


11. ¿Continuarás con este estilo literario en tus siguientes publicaciones?

Con el estilo y la forma de escribir sí. No puedo, ni quiero, dejar de escribir con mi estilo y como a mí me gusta. Otra cosa es que aprenda nuevos recursos y me enriquezca un poco más, pero creo que la base será la misma. Respecto a las tramas no. Tengo distintas historias y distintos temas sobre los que quiero escribir, pero no creo que vuelva a tratar el tema de la música del swing.


12. Explícales a nuestros lectores dónde pueden conseguir tu obra.

Pues agradecería que a todo aquel amigo lector al que le interese la trama de mi novela y quiera adquirir un ejemplar, por un tema básicamente económico, se pusiera en contacto conmigo mediante las redes sociales -en todas me llamo igual, Dani Luceniggia- y si no, lo podrán adquirir en las webs de Casa del Libro, Amazon, Corte Inglés… ¡Y yo se lo agradeceré igualmente! Pero no podré dedicárselo.


13. Háblanos sobre tus próximos proyectos y añade todo lo que desees. 

Pues aunque parezca mentira, tras dos años dando vueltas por el mundo, afortunadamente aún hay cosas que hacer con Danny Labraggio. Ayer me invitaron, y yo os invito a vosotros, a presentar la novela en la biblioteca municipal de Sanlúcar la mayor, Sevilla. Será el día 16 de diciembre, además creo que coincide con el día del libro o del escritor o algo así. ¡Estoy contento! Luego, tengo terminada, registrada y casi firmada la publicación de la segunda novela, que lleva por título La Estación. Se trata de un drama con pinceladas cómicas, muy a lo Woody Allen, diría yo.

  Por último, actualmente estoy escribiendo dos novelas y en las dos estoy atascado. La primera gira en torno al mundo del baloncesto. No es estrictamente deportiva, pero sus protagonistas son dos jóvenes jugadores. Además, para esta novela estuve documentándome y fui invitado a un entrenamiento del Betis de Baloncesto donde aprendí mucho y disfruté como un enano, pude entrevistar a Curro Segura que fue el entrenador de aquella temporada. ¡Un tío enorme que me dedicó todo el tiempo que quise y sin mirar el reloj! La otra novela la empecé cuando me atasqué con la de baloncesto y trata el tema de la mafia. Me encantan las películas de la mafia, el hampa, los submundos fuera de la ley. Como cuento también estoy atascado con esta, pero creo que es porque me he sentado a escribir demasiado pronto, sin tener clara la historia, me he dejado llevar por la ilusión y las ganas, sin saber hacia dónde quiero que vaya la historia… Y ahí los tengo, comiendo sopa en un burdel esperando a que me siente a escribir.

  Al margen tengo otro proyecto más, muy bonito y solidario ya que me gustaría donar íntegramente todo lo que recaude con las ventas a una asociación a favor de las personas con problemas de salud mental. Es un libro que, sin querer desvelar mucho, podríamos decir que es de autoayuda. La consecución de este trabajo está siendo muy distinta al resto de cosas que he escrito ya que normalmente me siento a escribir y no paro, pero con este, voy escribiendo los capítulos conforme se me ocurren y si tengo una idea hoy, la próxima me puede venir en seis meses porque no es algo que me esté obsesionando. No me siento a pensar en ello, solo escribo cuando la idea me llega sin motivo alguno.



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