viernes, 4 de diciembre de 2020

Entrevista a Gabriela A. Arciniegas

 




¡Viernes de entrevista! vamos a terminar el día de la mejor manera, ¿y qué mejor manera que la de conocer el talento de una excelente escritora? Hoy os presento a Gabriela A. Arciniegas, graduada en literatura, especializada en docencia universitaria y Magistra en literatura latinoamericana. Pasad y conocedla en profundidad y, ya sabéis, si estáis interesad@s en su obra podéis encontrarla en los enlaces que aparecen al final de esta entrevista. Un placer estar contigo, Gabriela.




1. ¿Quién es Gabriela Arciniegas? 

Soy nacida en Colombia aunque ahora vivo en Chile. Crecí con mi familia materna, entre personas nacidas a comienzos del siglo XX: mis abuelos en 1900 y 1903, y mi mamá y mi tía que son del 36 y el 39. Y yo nací en el 75 en la más ancha de las brechas generacionales. Entonces supongo que soy a veces un poco anacrónica y que adaptarme a la humanidad de hoy me ha hecho sentirme alienígena por momentos. Pero también ha hecho que me guste un rango muy amplio de géneros musicales, de literaturas, de épocas históricas, ser una amante de las antigüedades pero también de la tecnología. Soy también extraña en el sentido que desde los 3 años decidí ser escritora sin saber escribir aún. Fui hija única, lo que me forzó a ser muy imaginativa para no aburrirme, y fui Asperger, que me acarreó ser incomprendida en el colegio. Ahora, desde lo intelectual, como académica, escritora y alguna vez docente, mi existencia se centra en tres preocupaciones: la identidad de mi país, la identidad de la mujer y los géneros de ficción como una forma de pensar nuestras culturas latinoamericanas. Esto último en mi país es una lucha, porque persiste la idea manida de que lo que no es crónica es evasión y falta de compromiso social, cuando muchas veces es lo contrario. 


2. ¿Qué fue lo que te hizo volcarte por completo en el increíble mundo de las letras? 

Además de crecer entre viejos, crecí entre intelectuales. Mi abuelo era historiador, mi madre era traductora y poetisa, mi tía materna escritora de cuentos para niños. Mi abuela no escribía pero tenía mucha sensibilidad para la escultura y coleccionaba poemas en un álbum. Tal vez por eso desde muy muy pequeña sentí la urgencia de narrar y de que me contaran historias. 


3. ¿Dirías que el mundo literario es un mundo sacrificado? 

Mucho. A pesar de que la literatura y la filosofía son los pilares de la cultura, porque la analizan, la critican, la construyen y la hacen avanzar, son, hoy en día, como artes y como ciencias, las menos apreciadas, las menos remuneradas y las menos consumidas. Incluso en la industria más rica de las artes, que es compartida por el cine y la televisión, los guionistas, que son escritores, son quienes sostienen toda la infraestructura, pues nada de lo que vemos en plataformas hoy existiría sin su trabajo, y aunque un guión es mucho mejor pagado que un libro, en comparación con lo que gana el resto de esa pirámide, siguen siendo los parias. Y para completar, el ser mujer en ese mundo es todavía un acto de valentía, pues el mundo editorial es gobernado por hombres. Si la mujer además escribe terror o ciencia ficción, es un reto más, pues tenemos que competir con la narconovela, los testimonios de políticos, la autobiografía, la autoficción, la literatura gay que se ha vuelto una moda,... es decir, los editores olvidan que, como intermedios entre el escritor y el público, tienen una función educativa, y no pueden quedarse en sus fines mercantilistas. En resumen, se estudia mucho y se aguanta mucha agua sucia para alcanzar una maestría pero se gana muy poco.


4. ¿Tienes algún autor o autores que hayan influido particularmente en tu producción? 

Voy a hacer una defensa de una gran escritora: Agatha Christie, a quien la crítica machista ha menospreciado con algunos argumentos bastante pobres. Sin embargo, su trabajo investigativo, la hábil creación de personajes, el manejo de la tensión, da como resultado una obra maravillosa. Muy a la altura de Conan Doyle, a quien, en cambio, nadie se atreve a criticar. Debo mencionar también a Borges a quien amo y que me enseñó cantidades. A Silvina Ocampo cuyos cuentos conocí hace poco. Pero a quienes más agradezco hoy en día es a los autores y las autoras de habla portuguesa. Cuando conocí a Adriana Calcanhotto, al Caetano Veloso de los inicios, a Arnaldo Antúnez, Lenine, Raul Seixas y Gorge BenJor en esa profunda relación con las religiones africanas, la conjunción música-literatura; a Carlos Drummond de Andrade y sobre todo a Clarice Lispector, ésta última, desde la literatura y la filosofía. A esta autora en particular le debo muchísimo. Tengo que decir que gracias a estos monstruos, mi forma de aproximarme al lenguaje ha cambiado radicalmente. Los países de habla hispana tendemos a ser constreñidos, a ponerle demasiada atención a la norma, cuando la literatura es tomar las reglas y doblarlas, a veces hasta quebrarlas. La literatura es subversión, no corrección. También me ha formado el estudio del haiku japonés, esa característica mística y minimalista, de la máxima economía del lenguaje y el máximo asombro frente a las cosas. Por supuesto está el mito. El relato sagrado de las culturas ya extintas. Él es quien me mantiene en constante relación con nuestros orígenes múltiples, con las fuerzas geométricas que nos mueven, nos moldean y nos pulsan. Y las culturas originarias americanas, que mantienen ese mito vivo.


5. En el año 2013 recibiste por parte de la revista Cromos, el premio a mujer pionera del terror en Colombia, ¿dirías que la presencia de la mujer en el campo de la literatura de género ha mejorado mucho en los últimos tiempos? 

En cuanto a Colombia sí creo que ha ido en un crescendo interesante. Por ejemplo este año me invitaron a participar en una antología de cuentos y relatos colombianos. La compiladora, Luz Mary Giraldo, gran escritora también, es el tercer tomo que saca. Y se nota la diferencia entre los dos primeros tomos y este. Los anteriores son o de realismo mágico, o de crónica, o de autobiografía, mientras que aquí hay varios de terror, de ciencia ficción, de misterio. Se le ha dado mucha más cabida al terror y a la ciencia ficción así como a las mujeres. El hecho de que en mi país nos consideren para antologías que sirven al canon nacional, es todo un logro. Entonces son dos elementos: La literatura de género terror y ciencia ficción y la literatura de género femenino. Son dos luchas paralelas. Desde que salió ese artículo de Cromos hasta hoy sí ha habido un cambio tremendo en Colombia. Y no solamente allí. Hoy en día me encanta conectarme con iniciativas de diferentes países de habla hispana y ver la cantidad de proyectos editoriales y literarios que hay. Me encanta poder conocer a más mujeres que amen el gore, el punk y sus derivados, conocer géneros como el gorno, etc., escuchar sus luchas particulares y asentir conmovida sabiendo que no estoy sola. Creo que se está creando además un público que, de consumir literatura anglosajona, está empezando a establecer el hábito de consumir terror latinoamericano y español. Y está resignándose a la realidad de que nosotras las mujeres también escribimos terror, gore, splatter, slasher, etc.


6. ¿Y el panorama del terror en general, cómo lo ves? 

En general me parece increíble lo mucho que se ha avanzado desde las series B y las autoediciones hasta obras como Stranger Things, donde se encuentran excelentes recursos de producción y guiones tan profesionales. En cuanto a lo editorial, el surgimiento de editoriales independientes con ese despliegue de propuestas en cuanto a diseño y formas de edición no convencionales es verdaderamente una dicha. La fanaticada creciente de Lovecraft, entre muchos otros autores clásicos, los proyectos de reedición y de, por ejemplo, versiones de dichos autores en cómic en físico y digital. Estamos viviendo un boom del género terror y las academias se están dando cuenta de ello. Los autores y autoras del género estamos empezando a ser estudiad@s por las universidades del mundo y nuestras obras se están traduciendo a este nivel, entonces quizá nos espera una nueva era a quienes amamos el género.


7. Amén del género de terror te has embarcado en otras especialidades como la poesía, ¿en qué estilo te sientes más cómoda? 

Mi género preferido siempre será la narrativa aunque haya empezado publicando poesía. De hecho a mí me conocieron en dicho ámbito antes que como narradora. Me parece que cada género tiene sus retos, lo único triste es que la poesía, que es el corazón de la literatura, sea tan poco leída respecto de los demás géneros.


8. Has recibido ciertos reconocimientos en el campo de la poesía, ¿dirías que hay que tener una sensibilidad especial para cultivar esta especialidad? 

Como en todas las artes, siempre defiendo el trabajo, la perseverancia y la lectura, por encima de eso que llaman “talento” o “la musa”. Como dice ese grabado alquímico de Alberto Magno: Ora, lee, lee, lee, relee, labora y todo vendrá a ti. Pienso que todos los seres humanos somos sensibles (a menos que tengan un trastorno de personalidad); que todos amamos, a todos nos han roto el corazón, todos hemos sufrido pérdidas y todos nos conmovemos y nos emocionamos por alguna cosa. Lo que diferencia a un escritor de un no-escritor es el manejo del lenguaje. Y el lenguaje es una herramienta, igual que un martillo para un carpintero, o una sierra eléctrica para un descuartizador. En el ensayo y el error y en la lectura incansable de “manuales” (eso son los libros), está el alcanzar la maestría con dicha herramienta. Lo que a mí me sorprende es que todos los seres humanos hablan y escriben a diario en su lengua nativa, 24/7 desde que la aprenden. Y sin embargo, pocos parecen conocer las normas de su gramática, pocos quieren aprenderlas. La mayoría de hablantes maltrata su lengua a diario. Es, para mí, como caminar cojo durante los 80 años de su vida. No tiene ninguna lógica. 


9. Una pregunta un tanto polémica, ¿no crees que con esto de las redes está proliferando la aparición de nuevos escritores y escritoras? 

La verdad, lo que siento es que las redes propician el nacimiento de egos y de ambiciones. Pero las redes no son lo mismo que foguearse en un taller y muchas veces, al contrario de ayudar a estos personajes a conocer profundamente la lengua, a entender los posibles trasfondos espirituales de ésta, son en cambio tan absorbentes que los apartan de aquello que verdaderamente podría servirles, que es la lectura de libros. Leer posts nunca será igual que leer un buen libro. Pero estas personas que pululan hoy, influencers, youtubers, booktubers que deciden escribir libros, están cayendo en un manejo del lenguaje cada vez más directo y menos estético, cada vez más anecdótico y menos analítico, en fin, menos literario. Y los editores, ignorantes de lo que es la calidad literaria, ávidos de dinero y prestigio, publican estos proyectos que no pasarán a la historia. Es difícil para quien se pasa su vida enamorándose de las palabras y estudiando y escribiendo y reescribiendo una novela, un poema, porque la competencia obnubila al público. Quienes nos dedicamos a la antigua forma del arte narrativo tenemos que respirar hondo y hacer apuestas muuuuy a largo plazo.


10. Háblanos de tu primera novela, Rojo Sombra, la cual te valió el título antes mencionado de mujer pionera del terror en Colombia... 

Esa novela se estaba cocinando desde que yo tenía 12 años. Intoxicada de películas y series sobre vampiros de los 80s, creé a un bebedor de sangre. Me gustaba contarme historias sobre él. Sin embargo cuando pasaron los años, antes de entrar a la universidad, decidí madurarlo un poco y volverlo más bestial, más descarnado (o muy “carnado”) y convertirlo en un antropófago. Desde mis 18 años hasta mis 38 le di muchas vueltas y en parte le daba largas porque pensaba que en Colombia no habría ningún editorial que publicara una historia así de gore. Mi asombro fue mucho cuando por casualidad le conté la historia al editor de Laguna Libros, me pidió leerla y le gustó. A partir de ahí pasaron dos cosas: la primera, toparme con comentarios como, pero... tú no escribes como las otras autoras nacionales, y por otro lado, ¿tú por qué escribes ficción? No estás comprometida con la realidad. Ahí comenzó la lucha por demostrar que una mujer podía escribir terror descarnado y que dicho género puede estar --y lo está-- comprometido con la realidad social y política de un país. Que es el paso natural que le sigue a la crónica periodística y al testimonio. Que el resto del mundo lo ve así y es en Colombia que todavía no lo hemos entendido. Bueno... ya lo vamos entendiendo, pienso yo. Ya muchos más autores y autoras están siendo publicad@s con narrativa de ficción, por un lado, y de terror, por otra. Aún no tenemos editoriales especializados en el género, que entiendan cómo se manejan el tema, las fuentes, la estética de las portadas. Nos falta pero hemos avanzado muchísimo. Por lo menos nos leen, nos siguen.


11. Explícanos ¿en cuál de tus obras te has sentido más involucrada? Háblanos también de tu producción. 

Sin duda en Rojo Sombra, el haber creado un protagonista masculino que habla en primera persona, que viene de las calles y no puede controlar sus instintos antropófagos pero que a lo largo de su arco dramático aprende a tomarle cierto gusto, no fue nada fácil. Yo quería, sin embargo, explorar mis propios límites éticos a la vez que los límites que la cultura me había impuesto, sabes, de “la mujer no habla de cosas cochinas”, “la mujer es intrínsecamente moral y virginal”, temas sobre la sexualidad, etc., los expandí viendo hasta dónde era capaz de llegar de una forma que sonara creíble,... y al final me sentía tan cómoda en los zapatos de este ser que comencé a tener sueños en que salía a cazar (porque así lo llaman mis personajes) con el grupo que había creado. Porque me obligué a oír la voz de Esteban en mi oído, de respirarlo día y noche, de pensar en todo momento, “¿qué haría Esteban en este momento en esta situación?”. Así que apenas publiqué esa novela, decidí alejarme de él para mi sanidad mental. Me han preguntado si haría una segunda parte pero aunque sí lo había pensado en algún momento, temo romper definitivamente los límites del pacto social. Porque como escribe otro de mis maestros, Gastón Bachelard, sobre Lautréamont: El hombre más sensible, el más suavizado por la vida, en determinadas horas, sueña con lo indomable. Respeta, admira, ama la fuerza que lo desafía. Para escribir sobre alguien que es una sombra junguiana, debe uno mismo explorar su propio lado oscuro, y eso es el verdadero terror. Saber lo oscuro que es ese lado en uno mismo.

  En cuanto a mi producción en general, yo siempre he sido de cuentos cortos y novelas largas. Tanto en extensión como en tiempo de producción. Mis novelas se fraguan por años, 15, 18 años porque implican mucha investigación; mis libros de cuentos a veces también se demoran. Un cuento solo por lo general sale en un par de horas, pero para juntarse y publicarse se tardan más tiempo. Soy una autora de producción lenta. Los únicos diferentes son Los cuentos del Café Flor, que se hizo en un año, y Legiones de Luz, novela corta que, aunque se publicó apenas este año, ya había sido escrita en un par de días hace unos cinco años. En el resto, Bestias y Las formas del aire, se mezclan cuentos que escribí a mis 16 con cuentos mucho más recientes. En cuanto a la poesía, tengo varios libros inéditos pero no he querido publicarlos porque no se venden y soy demasiado ecológica como para contaminar así el planeta. Así que los he ido sacando de a pocos en antologías.


12. Tú último lanzamiento ha sido: Las formas del aire, ficción cu4ntica, ¿qué podrá encontrar el lector entre sus páginas? 

Bueno, este año por la pandemia se juntaron dos lanzamientos: Las formas del aire, y Legiones de luz. Las formas del aire es un experimento limítrofe entre la poesía, la filosofía y la física cuántica, y aunque hay varios cuentos que son oscuros como mis libros anteriores, hay también otros textos que son más fragmentarios, más de reflexión, como este que se llama La libélula y el tiempo: La libélula pretende seguir una trayectoria pero el aire se la lleva. El aire es tiempo. El aire lo cura todo. El aire no sabe adónde va. Tú no pretendas saber adónde vas. Eres aire. El tiempo es errático. El tiempo es corrientes múltiples que se entrechocan y danzan. Tú eres aire.

  En cambio Legiones de luz es una novela corta que será puesta a disposición del público sólo para plataformas digitales y por entregas, con unas ilustraciones hermosísimas, animadas, y que trata, esperando no hacer spoiler, sobre tres personajes cuyas vidas terminan encontrándose en medio de una invasión de ángeles y demonios.


13. Por último, en Caosfera nos gustaría conocer todo sobre tus futuros proyectos. 

Estoy trabajando desde hace años en una novela sobre las mujeres en los tiempos de la guerra de Troya, rastreando la época histórica y visibilizando el aspecto femenino de las sociedades de esa era. Sobre todo me interesa el papel que jugaban las mujeres en la medicina y la magia de entonces. Hay otros proyectos que se están gestando este año, que ha sido un buen año en medio de todo, quizá porque la literatura está ejerciendo un papel salvador en medio de la ansiedad y el dolor que genera esta situación presente, y estamos a la expectativa de que revienten segundas ediciones por ahí.

  



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