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Hacía varias semanas que nuestro amigo y colaborador Samir Karimo no nos visitaba. Pero hoy viene a hablarnos de sus dos últimas colaboraciones literarias, en las que participa junto a varios compañeros. Recordad que si queréis saber más sobre Samir y sus obras podéis visitar sus espacios Sobrenatural y Okulto
Cuando el caos, lo sobrenatural, lo okulto y los relatos extraños confluyen con las mismas almas en este valle, solo puede dar un caos mayor
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En un lugar perdido en el tiempo, ¡o quizás no!, vivía tranquilo el nuevo rey Lemarchándiko con su mujer Dulcinea, y una vieja amiga llamada Elektra. Un buen día, un experimento fallido de Don Teodomiro activó un mecanismo diabólico que hizo que los muñecos cobraran vida. Estos muñecos veneraban a una antigua deidad satánica, un MAESTRO DE TÍTERES llamado Max Maurey, encarnado en CHUCKADASH, más conocido como CHUCKIE, el muñeco diabólico. No eran solo diabólicos, sino pervertidos y amorales, pero esto ya es otra historia. Teodomiro sobrevivió a la paradoja cuántica y logró viajar por un agujero de gusano gris, siendo testigo de lo que sucedía en diversas dimensiones en compañía del molesto y mequetrefe Queco Teo. Que lograsen o no salir enteros de aquella situación multidimensional y sin haber alterado el orden de los multiversos era todo un misterio.
ELEKTRA: Está claro que mis ouijas son un desastre de más de tres dimensiones, ¿pero qué hago? ¿ehhh? Al final me aburro y el cerebro de vejete se endurece; el resto no vale la pena mencionarlo porque es de todos sabido. Lo que no tenía yo “calculado” era que ni don Teodomiro desde el laboratorio, ni Kaos desde su gobernación no democrática ni todos juntos, íbamos a abrir una puerta a la “quequerada” infernal. El viaje ha sido variopinto y no dejo de ver a los "quecos" como niños que cantan en Nochebuena pidiendo el aguinaldo; seres mocosos y muy desafinados que, en el fondo de mi naturaleza necrofílica y devoradora de cerebros, saben inspirar cierta ternura. Yo no he dicho esto, ¿ehh? Debe haber sido algún alien tridimensional que me ha salido del estómago. Mis compañeros también las han pasado “putillas” y nos hemos podido ver desde varios espejos o lugares insólitos como el fondo de un wc, pero nunca dejo de pensar como les irá luchando con este cosmos tan inquieto y en este caso quequero. En todo caso, ya empiezo a sentir aburrimiento en suelo sagrado y creo que no tardaré mucho en sacar la ouija, ¡¡¡que nuestro Cardenal nos pille “desconfesaos”!!!
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