¡Viernes de entrevista! Caosfera tiene el gusto de presentaros al escritor Manuel Gutiérrez, ganador del I premio de poesía I.E.S Antonia María Calero, del primer concurso de relatos cortos de la organización El Elfo Gordo, redactor en la revista Yellowbreak y colaborador de Radio Universo Literario, entre otras muchas cosas. Dentro de poco verá la luz su primer trabajo literario, y en Caosfera hemos querido hacernos eco de esta novedad. ¡No os lo perdáis!
1. ¿Quién es Manuel Gutiérrez?
Pues yo, ni más ni menos; para bien o para mal. Un ingenuo cínico de los que entienden lo malo para tratar de valorar lo bueno, y me hace ser consciente de que soy lo suficientemente listo como para entender que no dejo de ser un idiota con potra.
También un apasionado del cine, la literatura, los videojuegos y cualquier soporte que se use para contar una historia. Estudié comunicación audiovisual y, aunque la eterna búsqueda de una “estabilidad” me haya hecho pivotar hacia otros ámbitos, no dejo de buscar tiempo para poder hacer cositas que me llenen realmente.
A mi nombre siempre añado el CS en redes. Un tributo a mis padres; que siempre promovieron mi pasión por la lectura.
2. ¿De dónde nace tu interés por el ámbito literario?
Supongo que, como a todos, desde muy pequeño. Desde enano me encantaba leer. Recuerdo devorar toda la sección de R. L. Stine de la biblioteca de mi pueblo, y era aquel niño con el que estabas seguro de acertar si le regalabas algo de fantasía. Con Tolkien me terminó de volar la cabeza. Si era fantástico o de terror podía pasar días leyendo. Se me olvidaba hasta comer.
3. ¿A qué edad comenzaste a juntar las primeras letras?
Desde que tengo memoria para ser sincero. Muchas veces me reimaginaba la historias o pelis que veía y trataba de darle forma escribiendo sobre ellas… ¡O me ponía yo de prota, ya que estamos! Si tenía un sueño o una pesadilla potente buscaba la forma de escribirla, y aún lo hago. Me gustaba crear historias y darles vueltas. Incluso dibujé algún cómic, aunque he de reconocer que el dibujo no era lo mío ni de coña.
4. ¿Tienes algún autor o autora de cabecera?
Lo que tengo es un cacao curioso de escritores de cabecera. Desde R.A. Salvatore hasta Pratchett. De Stephen King a Clive Barker. No solo en literatura: aún paso miedo recordando el colegio de Silent Hill, o flipo con cada red line que revienta Garth Ennis. Lo paso pipa con el humor de Rumiko Takahashi, y quedé fascinado con las historias de Marjane Satrapi. Si me evoca un sentimiento real y fuerte, estás en mi Top Ten de los mil autores de cabecera que me fascinan y guían.
5. Ahora la pregunta “inconfesable”, ¿existe algún clásico literario que no soportes?
Pues…, no caigo en ninguno. Al menos si hablamos de clásicos, claro.
En mi niñez detestaba los que me obligaban a leer en el cole. Supongo que imperaba la “obligación” sobre el “disfrute”. Luego uno crece y ve las cosas con otros ojos cuando lo hace por uno mismo.
6. ¿Cómo ves la situación, a nivel internacional, de géneros literarios como el terror, la fantasía, la ciencia ficción u otro tipo de géneros ligados a estas ramas?
Pues mientras más, yo encantado. Aunque sí que creo que estamos bombardeados por los mismos tropos, tampoco me parece especialmente malo. Disfrutar de lo recurrente hace que nos explote más el tarro cuando nos dan una buena vuelta de tuerca; cuando nos muestran cosas a las que no estamos acostumbrados.
Tal vez peque de bobo, pero creo que son géneros con muchísimo público. Nos abstraen de realidades más primales, y mucho menos desenfadadas que las que no expone el telediario.
7.¿Cuál es el germen de tu obra?
¿En mi caso, y omitiendo a los referentes literarios citados? El rol.
Mi novela empezó como una trama para una partida de D&D. Me gustó como estaba quedando y quise escribirla. Cree los personajes y desarrollé los pulsos.
Mis jugadores no podrán jugar esta partida, claro. Pero podrán leerla. Y me sé a más de uno que se verá representado en algún que otro personaje.
8. ¿Qué podemos encontrar en Crónicas del nuevo mundo: Cambios?
Magia, espadas y monstruos. A fin de cuentas, soy hijo de los noventa. También me gusta oscurecer la fantasía; hacerla más sombría y espeluznante.
Me fascinan las líneas grises de personajes que pueden caerte como una patada en el estómago, y que se desarrollan por lados creíbles que acaban atrayendo la empatía del lector. Y eso, y al contrario, también va por los héroes. A fin de cuentas, todos somos humanos, ¿no?
También hay bastante sangre. No busco ser escandaloso, pero creo que el ser humano es carne, ergo frágil. Y es una forma de hacer entender al lector que nadie es intocable. Ni siquiera los protagonistas.
9. ¿Cómo se te ocurrió abordar esta temática?
Una cosa que aborrezco a la hora de preparar la enésima partida de rol, de algo jugado cien veces antes, es perder el asombro por parte de los jugadores al introducirles en un mundo que ya conocen de antemano. Así que pensé en crear algo de cero, alejado del arquetipo “milenario” que tanto se usa en fantasía. Quería algo que fuera el origen y no la resolución de leyendas asentadas miles de años atrás.
“Cambios” viene justo de eso. De lo antiguo a lo nuevo. De los que se lloran lo perdido y los que se enamoran de las posibilidades que brinda lo nuevo. Aunque sea una recesión de las virtudes y libertades obtenidas por la sociedad moderna, nunca he querido ver mi obra como algo postapocalíptico; aunque entienda que muchos de sus personajes así lo vean. También habrá otros que busquen profundizar en esas nuevas posibilidades, y son las que en su trama crearán las leyendas que sustentarán ese mundo de fantasía que, en el momento que abarca la novela, acaba de descubrir los pañales.
10. ¿Prefieres convertirte en un autor comercial o hacer lo que te dé la gana?
Pues haré honor a mi descripción y pecaré de ingenuo cínico: entendiendo que, aunque sea casi imposible, lo soñado sería hacer pasta haciendo lo que me da la gana.
Ahora en serio, no me veo escribiendo “por encargo” salvo que sea algo que me fascine de veras. Es como lo que dije antes de cuando la “obligación” pesa más que el “disfrute”. No quisiera comerme el día de mañana mis palabras, pero no me veo escribiendo sobre algo que no me gusta.
11. Háblanos acerca del proceso creativo de tu obra.
Pues, para empezar, no soy capaz de escribir si no tengo muy claro hacia donde quiero llegar. Puedo ser escritor de brújula al empezar, pero si no quiero acabar dejando de lado la obra acabo fabricándome un mapa más temprano que tarde.
No me da miedo improvisar, aunque me gusta tener atado el trasfondo general y una sucesión de pulsos. Soy flexible con una idea si descubro que no funciona, o que no termina de cuajar, haciéndome reescribir capítulos enteros si hace falta. Pero entiendo una creación que se sienta orgánica, y no una sucesión de guiones en un esquema, depende mucho de la personalidad de los actantes que desarrollan el argumento.
12. Explícale a nuestros lectores cómo pueden conseguirla.
Actualmente “Cambios” se encuentra en fase de preventa y puede reservarse en la página web de la editorial Titanium. Más adelante, cuando salga, podrá conseguirse desde la misma web o en librerías que trabajen con la distribuidora de la editorial. ¡Espero que llegue a muchas, y de ellas a muchas casas!
13. ¿Tienes proyectos inmediatos? Añade todo lo que desees.
Pues no dejo de escribir, aunque con tanto vaivén actual, lo haga menos de lo que me gustaría.
Siempre tengo alguna que otra idea en la cabeza que acaba dando luz en forma de relato corto, y me gustaría juntar todos los que tengo (que no son pocos) para publicarlos.
Por otro lado, estoy terminando la segunda parte de Crónicas del Nuevo Mundo, que llevará el título de “Verde Oscuro”; a la que actualmente le falta un capítulo para su conclusión. Aunque, claro, luego tocará revisar, corregir, e incluso rescribir lo que falle y mejorar lo que funcione. El “punto final” puede llegar a tener poco significado.
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