viernes, 20 de abril de 2018

The ritual








Título original: THE RITUAL

Director: David Bruckner

Nacionalidad: UK

Intérpretes: Rafe Spall, Arsher Ali, Robert James-Collier

Año de producción: 2017



Cada vez me resulta más difícil escribir sobre películas de esas que tienen el “dudoso” honor de gustar a todo el mundo. Hay películas con las que soy capaz de conectar, incluso aunque sean un verdadero espanto, tipo Found Footage 3D, por ejemplo. Sin embargo, a veces sucede algo como The Ritual, una producción que consigue poner de acuerdo a la mayor parte de los espectadores sobre sus bondades y me deja, poco más o menos, como testigo solitario de aquellos puntos que considero mejorables o directamente fallidos.




  The Ritual es muy de mi estilo. Tiene un personaje principal de naturaleza casi impenetrable, como un muro, lo que da mucho más valor a la interpretación de Rafe Spall. Con sus personajes secundarios sucede lo opuesto, sus personalidades son ultra-planas –desconozco por completo si sucede lo mismo en la novela–, prácticamente sin contenido alguno, llegando a resultar exageradamente chirriante que no aporten nada al contenido, salvo unos diálogos estúpidos y reiterativos. Por no hablar de la inverosimilitud de muchos pasajes; ¿¡PERDERSE CON MAPA?! Esto es imperdonable, ¿cómo se les ocurrió semejante idea?

  Entiendo que es bueno para la atmósfera de la película hacer del bosque una especie de trampa laberíntica, porque asusta, lo asumo. Me refiero a ese “efecto laberinto”, tan propio de las road movies, en el que los caminos culminan siempre en el mismo lugar. Esto da miedo y rememora esa sensación angustiosa de desorientación que tanto me gusta en filmes como The Descent. De hecho me parece un detalle tan sólido que he acabado destacándolo como “lo mejor” del filme. El resto me parece infumable, no hay por dónde cogerlo. El modo en que aborda el asunto de la mitología nórdica aburre hasta las moscas. Menudo bluff… Qué ganas de petardear con argumentos simplones y facilones, sacados de un paseo por la Wikipedia. CERO INTERÉS. En el fondo pasamos de una película con cierta originalidad, un rollito psicológico bastante placentero, a un mero filme de monstruos. ¿Recordáis la mediocre The Hallow de Hardy? Pues esa mierda le da mil vueltas a esto.




  El resto me parece muy competente. De hecho, como comentaba, el protagonista hace un gran trabajo, lo que no siempre se puede destacar (véase la penosa aparición de Jay Hernández en Hostel). Lo mismo digo del montaje; es una película con calidad suficiente para estrenarse en un cine, posiblemente incluso tenga más calidad que esos dantescos remakes del Universal Monster, pero en cuanto a argumento sigo pensando que no merece la pena. Prefiero invertir mi tiempo en telefilms llenos de miseria cinematográfica tipo The Bad Match o con filmes más directos como The Shirne, con actores repelentes y una edición casposa, pero con un trabajo de guión mucho más exhaustivo, a la sosa propuesta de The Ritual. Yo no la recomiendo. Insisto, es solo mí opinión, pero bajo mi punto de vista es una cinta plana y aburrida. No creo que permita realizar grandes lecturas, ni encontrar grandes momentos de terror en ella.


A favor: 
-El diseño de la criatura 
-Una atmósfera oscura y cautivadora 



En contra: 
-Aburre, lo peor que puedes decir de una película. 
-Los minutos finales son lo mismo de siempre: pirotecnia previsible. Para eso haberle echado huevos desde el minuto uno. 
-Personajes estúpidos sin ningún tipo de interés que toman decisiones demasiado estúpidas para resultar creíbles.



4/10

Fdo: Redrum




2 comentarios:

  1. No es una película que me atraiga lo suficiente como para ir al cine a verla, pero le echaré un vistazo en formato doméstico, sobre todo por el tema de la atmósfera oscura y malsana. Que como bien dices Redrum, es de lo mejor del film.

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  2. A mí no me quitó mucho el sueño. La puse hace unas noches y, puede que fuese por el cansancio, no pude terminar de verla porque se me cerraban los ojos. No sé, puede que le deba dar una oportunidad pero no me quita el sueño, nunca mejor dicho.

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