viernes, 7 de septiembre de 2018

El caso del doctor Crippen: un crimen victoriano


Doctor Harvey Crippen

Una semana más, el doctor Pombo nos adentra en la cara más abyecta del Londres victoriano. Si hace unas semanas nos reveló las claves de los crímenes más célebres de Whitechapel y nos habló también del terrible asesino que cohabitó junto al famoso destripador -el asesino del torso del Támesis-, hoy nos trae la historia del doctor Harvey Crippen, un cirujano que horrizó a la sociedad londinense con su espantoso crimen. Recordad que podéis encontrar esta y otras impactantes historias en el blog de Gabriel Pombo & Pombo


El doctor Hawley Harvey Crippen, a pesar de haber nacido en Norteamérica, parecía el prototipo del sobrio científico británico de la época victoriana. Sus fotografías, en las cuales destaca su semblante adusto, enmarcado bajo gruesas gafas que lo dotan de un aire intelectual, así lo atestiguan.



  Sin embargo, al igual que sucediera en otros casos, las apariencias eran engañosas. Y es que el buen doctor, que llevaba más de una década casado con Cora, una cantante y corista que respondía al sobrenombre artístico de Belle Elmore, se enamoró perdidamente de su juvenil secretaria, Ethel Le Neve. En lugar de tramitar el divorcio, optó por un método más veloz y radical: asesinar a su molesta cónyuge.


  Se sacó en conclusión que el médico vivía bajo el dominio de su mujer, que lo maltrataba y le hacía la vida imposible.



                                       
Ethel Le Neve

  En la autopsia se comprobó que el homicidio se produjo por envenenamiento causado por la ingestión de cinco gramos de hioscina. En el ulterior juicio se supo que el 7 de enero de 1910 el galeno compró esa substancia en la farmacia de los señores Lewis y Burrows para, cinco semanas después, administrarsela a su mujer.

  Cuando el crimen fue llevado a cabo, la pareja de amantes procedió al desmembramiento del tieso organismo de la víctima. Acto seguido se disfrazaron (Ethel se vistió con ropas de muchacho) y se marcharon de Londres a bordo de un vapor con destino a los Estados Unidos de Norteamérica. Sin embargo, para desgracia del dúo, el capitán del buque demostró ser una especie de detective aficionado y avisó a Scotland Yard con el recientemente patentado telégrafo sin hilos.

  La policía británica localizó unos cuantos fragmentos de Cora Crippen sepultados bajo el sótano, descubrimiento que propició la acería de los prófugos. El Inspector Walter Dew —también convenientemente disfrazado— fue el encargado de detener a la pareja criminal en fuga y de escoltarla de regreso a Inglaterra.



Walter Dew


  Años atrás, cuando todavía era un joven policía, Walter Dew había acudido, en la gris mañana del 9 de noviembre de 1888, a la tétrica habitación número 13 de la pensión de Miller´s Court. Allí presenció la visión horrible de un cuerpo tan destrozado como el de Cora Crippen: el cadáver pertenecía a la atractiva prostituta llamada Mary Jane Kelly. Cuando le preguntaron si el asesino de aquella desgraciada, el mítico Jack el Destripador, podía ser un cirujano, Dew declaró a la prensa: «Si esa es la obra de un cirujano, entonces resulta muy fácil ser cirujano».

  Pero ahora el destino le ponía cara a cara con un médico que sí era un vil descuartizador. La captura de aquel homicida —detallada años más tarde en un libro de su autoría titulado Yo atrapé a Crippen—, aparecería como uno de los méritos más notables en la hoja de servicios del tenaz detective victoriano. Y es que al policía nuevamente le había tocado ser partícipe de un hallazgo macabro. Al levantar los ladrillos que tapaban el suelo del sótano de la residencia de Hilldrop Crescent —hogar del matrimonio Crippen—, Dew se topó con los restos de la faena del doctor. Se trataba de una masa putrefacta recubierta por una costra de cal, aplicada a efectos de agilitar la descomposición.


Imagen sujeta a derechos de autor


  Esos despojos humanos constituían lo único que quedaba de la esposa del terrible doctor. Aquel cuerpo carecía de cabeza, de miembros y de huesos; para facilitar la desaparición del cadáver el médico había deshuesado a su mujer. Pese a la exhaustiva investigación llevada a cabo jamás aparecieron las partes que faltaban de la anatomía de Cora Crippen.


                             
Imágenes sujetas a derechos de autor




PARA SABER MÁS:

Entrevista con Gabriel Pombo: asesinos seriales y tipologías criminalísticas

Disertación de Gabriel Pombo en el primer congreso hispanoamericano sobre mentes criminales 

Entrevista a Gabriel Pombo sobre el libro "Historias de asesinos"



O EN CAOSFERA:

Entrevista a Gabriel Pombo: los crímenes de Whitechapel

Entrevista complementaria a Vicente Garrido Genovés

El otro Jack

Ponencia y presentación del libro "Jack el destripador, la leyenda continúa"

Reseña de la novela "El animal más peligroso"

Jack el destripador, el monstruo de Londres





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