viernes, 23 de marzo de 2018

Entrevista a Gabriel Antonio Pombo







Si recordáis, la semana pasada continuábamos nuestra amplia estela de colaboraciones con un interesante artículo del escritor Gabriel Antonio Pombo, especializado en los crímenes más célebres de Whitechapel. En esta ocasión, el Dr. Pombo ha tenido a bien concedernos una entrevista y aclararnos algunas de las últimas pesquisas del caso que tuvo en jaque a Scotland Yard. Sin más, os dejamos con él:





1. ¿En qué momento comienza su pasión por la escritura? 

Mi pasión arranca desde niño, concretamente desde que me convertí en un ávido lector. Sin embargo, escribir de forma medianamente seria y publicar es algo que me ha sucedido ya de muy adulto, si se considera que mi primera publicación: El monstruo de Londres: La leyenda de Jack el Destripador data del año 2008 y yo nací en octubre de 1961. Durante mucho tiempo me dediqué en exclusiva a mi profesión de abogado y fui postergando cualquier otro tema que no tuviera vinculación con lo jurídico. 



2. ¿Qué fue lo que le llevó a especializarse en retratos criminales? 

Pese a que no soy un abogado penalista, ya en mi época de estudiante me atrajo la criminología. Sobre todo, el fascinante fenómeno de los asesinos en serie. Investigué varios casos que fueron importantes en mi país, Uruguay, accediendo a los expedientes penales y entrevistando a las personas involucradas en esos asuntos delictivos (jueces, policías, parientes de víctimas, testigos, etc.). El tema con el que me involucré más intensamente fue el del serial uruguayo, Pablo Goncalvez, condenado por cometer tres homicidios a principios de la década de los noventa del pasado siglo. A este caso le dediqué una monografía, y lo analicé en reportajes que me efectuaron en programas radiales y televisivos. También lo incluí dentro de mi ensayo Historias de Asesinos (Montevideo-Uruguay, 2010). 



3. Su carrera literaria se centra concretamente en la figura de Jack el Destripador. ¿De dónde viene su fascinación por esta figura? 

Ya hace una década (mi primer libro al respecto fue, como dije, publicado en el año 2008) que vengo averiguando todo lo posible en relación a Jack el Destripador y, por añadidura, con el contexto histórico, social y geográfico en que sus crímenes se perpetraron, lo cual me llevó a estudiar en profundidad la Inglaterra de la era victoriana. 

  Cuando pasas años leyendo e informándote sobre un tema específico terminas sin proponértelo convertido en un experto. 

  El inicial libro que recuerdo haber leído sobre este anónimo homicida data de la década de los noventa, y fue Otoño de terror del periodista norteamericano Tom Cullem. 

  A pesar de que se trata de un libro bastante antiguo, pues su edición inicial es de 1964, sigue constituyendo una obra apasionante, de lectura tan amena que casi parece una novela, aunque su autor no deje de lado la rigurosidad histórica. Creo que este notable libro plantó en mí la semilla de la curiosidad sobre este icónico caso criminal. 



4. En su opinión y tras muchas especulaciones, ¿cuál cree que sería el verdadero retrato psicológico del asesino de Whitechapel? 

Creo que el verdadero responsable fue un sujeto mucho más gris y anodino de lo que los medios de difusión han inventado. Fue un psicópata vesánico que conocía a la perfección el coto de caza donde operó, el mísero distrito de Whitechapel, en el este de Londres de 1888. Muy probablemente residía allí y no era, por cierto, un aristócrata, un famoso pintor, un médico pervertido, ni ninguna de las otras figuras rimbombantes con las cuales tantas hipótesis quisieron identificarlo. 



5. Al igual que se ha especulado en torno a su psicología, han surgido numerosas teorías en torno a su identidad, ¿con cuál se quedaría, si es que se queda con alguna? 

  En armonía con mi anterior respuesta, en la que considero que este criminal fue un individuo sin brillo, cuya astucia y buena suerte le permitieron mantenerse impune, prefiero aquellas teorías que lo identifican con rufianes poco relevantes pero potencialmente sospechosos, bien por su historial delictivo o por la coincidencia de fechas y acciones con respecto a los asesinatos históricos adjudicados a Jack. 

  Aunque no afirmo que se tratase del auténtico culpable, de inclinarme por una hipótesis, destaco la que acusa a James Kelly. 

  Este sospechoso mostró un perfil psicopático que coincide con el del Destripador y, sobre todo, está probado que anduvo merodeando por el este de Londres durante los escasos meses (desde agosto a noviembre) en los que se consumó la matanza de prostitutas, pues se había fugado del hospital psiquiátrico donde estaba recluido tras degollar a su esposa de un modo similar a cómo Jack segaba el cuello de sus presas humanas para luego eviscerarlas. 



6. El escritor Russel Edwars afirmó en el 2007 haber descubierto la verdadera identidad del criminal gracias al ADN extraído de un chaleco que pertenecía a una de sus víctimas, ¿piensa usted que el enigma está realmente resuelto? 

La investigación de Russell Edwards deja mucho que desear. La aplicación de la técnica del ADN fue en ese caso errónea e ineficaz, por decir lo menos. 

  En mi investigación histórica Jack el Destripador: La leyenda continúa, dediqué un capítulo a las teorías más recientes sobre la identidad del asesino, y analizo y critico más detenidamente la conjetura de Russell Edward. También lo hice en un artículo que le dediqué en mi blog. 



7. ¿Diría usted que el perfil de Aaron Kosminski, principal sospechoso y culpable según el descubrimiento de Edwars, es realmente el de un misógino? 

Aaron Kosminski fue un pobre sujeto enfermo que acabó sus días recluido en un manicomio. Tal vez fuese un misógino, como lo eran muchos victorianos en un tiempo en el que la misoginia (con su carga de odio y/o desprecio contra las mujeres) no gozaba de tan mala prensa como ahora. 

Sin embargo, no parece que estuviera en condiciones físicas de consumar unos violentos homicidios que requerían en su ejecutor una fortaleza de la cual Aaron Kosminski (quien por entonces entraba y salía de continuo de instituciones psiquiátricas) carecía. Estos datos me inducen a concluir que este sospechoso resulta uno de los más improbables. 



8. El animal más peligroso es el título de su último libro, un thriller victoriano centrado en la investigación de los crímenes tanto de Jack el Destripador como del descuartizador del Támesis, háblenos un poco sobre su proceso creativo

Mi proceso creativo aquí fue de lo más alocado que cabría suponer. 

  Sólo tenía en mente un bosquejo muy vago de lo que podría ser la futura trama de la novela. 

  Sin haber escrito una sola línea le solicité al genial ilustrador Alejandro Colucci que me diseñase una portada en base a unas imágenes previas que él incluía en la galería de imágenes visibles en su web. Escogí al efecto una de éstas donde se divisaba a unas figuras humanas encapuchadas. Como esa composición gráfica la había elaborado inicialmente el artista para una novela con trama basada en la Edad Media, era preciso cambiarle el fondo y otros detalles a fin de reflejar la Inglaterra victoriana de Jack el Destripador y el descuartizador del Támesis. 

  Dejé librada la elección del armado de la portada (con el puente de la Torre de Londres detrás de los encapuchados) al talento de Alejandro Colucci. Cuando el dibujante (que vive en Inglaterra) me envió la imagen terminada quede embelesado por su belleza e impacto visual. 

  A partir de ese punto fui generando las escenas, mediante ramalazos de inspiración tras los cuales seguían días enteros donde no me salía una sola frase. Así nacieron Arthur Legrand, el sagaz y valiente detective francés, su joven novia, Bárbara Doyle, y, más tarde, los personajes que representarían a Jack el Destripador y al descuartizador del Támesis. También actúan, con mayor o menor desarrollo, varios secundarios que gozaron de existencia real, y cuya intervención en esos casos criminales procuro respetar al máximo. Entre estos: el cirujano forense Thomas Bond, el testigo George Hutchinson, los inspectores de Scotland Yard Henry Moore y Frederick Abberline, el policía Thomas Barrett y el presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel George Akin Lusk. 



9. ¿Piensa que podría esconderse la misma identidad bajo el perfil de ambos criminales? 

Ciertamente no. La evidencia apunta a que se trató de dos ejecutores distintos, o quizás un grupo de perpetradores diferentes, o incluso (como imagino en mi novela) un equipo criminal que contuvo dentro de sí a ambos victimarios. Y de haber sido éste el caso, propongo que el homicida más “importante” de ambos lo constituyó el descuartizador del Támesis, lo cual relegaría a Jack el Destripador a un rol secundario o subordinado. 



10. Y hablando de animales peligrosos, ¿cuál diría usted que es el criminal más terrible después del Destripador? 

En realidad más terribles, en cuanto a maldad, crueldad y, especialmente, a cantidad de víctimas cobradas, hay muchos. Pero en tren de elegir uno para instalar en el podio del asesino serial más terrible de todos (ya que a su sadismo sumaba una altísima inteligencia perversa) me inclino por el criminal conocido como H.H. Holmes; el macabro médico que construyó un hotel repleto de trampas y artefactos de tortura para sus víctimas en el Chicago de 1893. 



11.¿Y el más emblemático? 

Sin duda el más emblemático es Jack el Destripador. 



12. En la portada de su crónica criminal titulada Historias de asesinos figura el rostro de Jeffrey Dahmer, ¿ha escogido este retrato por algún motivo en particular? 

Las tétricas andanzas del llamado Carnicero de Milwaukee, Jeffrey Dahmer, son reseñadas integrando una de las veinticinco historias de homicidas en serie que recreo en mi ensayo Historias de Asesinos

  Se trató de un psicópata extraño y brutal; necrófilo para más datos. Vale decir que no podía estar ausente en un popurrí dedicado a homicidas secuenciales modernos. Escoger su rostro para la portada de aquel libro se debió únicamente a que era un delincuente muy fotogénico. El diseño de la carátula fue realizado por mí mismo de forma artesanal y descuidada. Por suerte, mis posteriores libros Jack el Destripador: La leyenda continúa y El animal más peligroso tienen cubiertas elaboradas por un ilustrador experto, del calibre de mi compatriota Alejandro Colucci. Basta con cotejar las portadas para advertir la abismal diferencia de calidad entre ellas. 



13. ¿Tiene planes para futuros lanzamientos literarios? Y si es así, ¿puede desvelar algo? 

Soy un escritor ocasional. Por ahora estoy muy absorbido en el ejercicio de la abogacía, con el cual me gano la vida, y sólo puedo destinar ratos libres a escribir. Pero de poder hacerme de tiempo suficiente supongo que los personajes volverían a abrirse paso en mi mente y a exigir que les dé vida en nuevas ficciones. Me ha halagado que varios lectores y algunos críticos pidieran una saga con la pareja de detectives victorianos formada por Arthur Legrand y Bárbara Doyle. Quién sabe, Dios mediante, si estos y otros personajes volverán para hacerme compañía. 



Para saber más:






BIBLIOGRAFÍA DE GABRIEL POMBO


HISTORIAS DE ASESINOS

EL MONSTRUO DE LONDRES

LA LEYENDA CONTINÚA


EL ANIMAL MÁS PELIGROSO



Y NO PODÉIS PERDEROS:

EL ARTE DE ALEJANDRO COLUCCI










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