viernes, 15 de junio de 2018

Entrevista a Nacho Ares






Hoy en Caosfera toca hablar de los prodigios y el glamour post mortem del mundo antiguo. Estrellas invitadas: Tutankhamón, Akhenatón, y un viejo amigo de ellos, el gran Nacho Ares, egiptólogo, historiador y escritor.






1. ¿De dónde nace su pasión por la historia de las civilizaciones antiguas?

Cuando tenía trece años leí el libro de C. W. Ceram Dioses, tumbas y sabios. Es una obra sobre arqueología que cuenta la historia de varios descubrimientos en Egipto, Mesopotamia, Grecia y América. Me fascinó, sobre todo, la parte de Egipto y Mesopotamia. Desde entonces vivo "enganchado" a la historia, y muy especialmente a la egiptología. 

2. Sabemos que siente una predilección especial por la figura de Tutankhamón. ¿Qué es lo que ha impulsado su fascinación por esta figura en particular? 

El modo en que C. W. Ceram describió el hallazgo de la tumba de Tutankhamón me sobrecogió. Leí después el propio libro de Carter, el descubridor, e intenté hacerme con otros libros que ampliaran mi conocimiento de la historia de este hallazgo. En aquella época, estoy hablando de mediados de la década de los ochenta, no había casi nada en castellano y los libros del extranjero eran caros y muy difíciles de conseguir en España. No había internet y el acceso a la información no era como ahora. Aún así, con tesón, conseguí hacerme con muchos trabajos que me ayudaron a aprender.

3. Tiene usted una importante producción literaria. De todos los libros que ha escrito, ¿cuál diría que es su preferido?

De las novelas me quedaría con La tumba perdida (2012), y de los ensayos, Tutankhamón, El último hijo del sol (2002). Este último es un ensayo sobre la historia del hallazgo y la novela empieza justo después del descubrimiento.

4. Háblenos sobre La hija del sol, que precisamente tiene al Faraón Akhenatón como eje central. ¿Cómo definiría el proceso creativo de esta obra? 

Habiendo sido un tema recurrente para mí desde mi infancia, y tras varios viajes a Egipto y diferentes estudios sobre la misma temática, mi conocimiento de esta cultura acabó siendo bastante amplio. Cuando me enfrento a una novela como La hija del sol, la historia es la que es. Sabemos que Akhenatón subió al trono y que más tarde murió. Hay muchas lagunas en este período y personajes singulares absolutamente desconocidos como los protagonistas, la hermana del faraón Isis, y Hat, un escriba. Esto me permite usarlos para recrear lo que las investigaciones modernas piensan que pudo pasar. Antes de empezar a escribir siempre tengo un esquema de lo que se va a contar, normalmente las dos terceras partes de la novela. El final suele aparecer por sí mismo.

5. ¿Diría usted que la figura de Akhenatón es una de las más enigmáticas de la historia? 

Más que enigmática yo creo que lo que se ha contado de él ha estado en muchas ocasiones tergiversado. Es cierto que no sabemos mucho, pero hoy sabemos infinitamente más de lo que se conocía de él hace un siglo, cuando se le tachaba de pacifista, visionario de la religión monoteísta, etc. Hoy sabemos que todo eso son mitos construidos a finales del siglo XIX. 

6. ¿Hasta qué punto la figura de monoteísta, déspota, totalitarista y cruel que nos ofrece en su novela, es irrebatible? ¿Encontró señales de un comportamiento opuesto o que le hiciera dudar de su visión? 

Lo que digo en la novela está basado en hechos históricos. La imagen de Akhenatón se ha idealizado siempre. Se decía que era monoteísta, y es una afirmación falsa. Hemos encontrado en Amarna capillas y amuletos de otros dioses. Su persecución al culto a Osiris es relativa. ¿De qué otro modo podría explicarse la presencia de ushebtis, figuras funerarias creadas por y para Osiris, en su tumba? Lo de pacifista debe ser tomado con la misma prudencia; una persona que empala a sus enemigos no puede ser considerada pacifista, tampoco sanguinaria, porque todos en aquella época eran iguales. Pero por este motivo no podemos decir que Akhenatón fuese la excepción a la regla. ¿Que fue singular?, eso no lo puede negar nadie. ¿Único?, también. Pero no iba por el desierto levitando y colmándose de los rayos de Atón como se ha contado. 

7. ¿Cree que realmente la tumba descubierta por Ayrton en el año 1907 podría corresponderse con la de Akhenathón, o sólo es una suposición? 

Yo creo que es un almacén donde se depositaron objetos de la tumba de Akhenatón. Seguramente fuese Tutankhamón quien los llevara hasta allí. Pero no hay confirmación de nada. La momia parece que es, según el ADN, el padre de Tutankhamón, pero eso no quiere decir que fuera Akhenatón. Podría ser otro el padre. 

8. Como comentábamos anteriormente, si hay una figura por la que usted siente una especial fascinación es la del faraón Tutankhamón. En el año 2002 la editorial Oberon lanzó su obra titulada El último hijo del sol. En ella narra el descubrimiento de la tumba KV62 en el año 1922. ¿Cree en la verdadera posibilidad de una maldición o se decanta más por una explicación “natural” de los acontecimientos?

No creo que haya maldición, pero las muertes están ahí. ¿Casualidad? seguramente, pero cuando la ciencia busca una razón lógica para explicarlas, es que las muertes se produjeron. 

9. ¿Piensa que algún día llegarán a resolverse todos los misterios de la tumba de Tutankhamón?  

No, sería una decepción. El encanto de Tutankhamón reside en el hecho de todo lo que no sabemos de él. Aunque contamos con su tumba casi intacta, es mucho lo que queda por conocer de él, y eso lo convierte en un personaje carismático. 

10. En su extensa carrera no sólo podemos encontrar libros de egiptología, también ha tocado personajes como Ana de Mendoza. ¿Podría darnos alguna pista de su próximo trabajo? 

En octubre saco un nuevo ensayo sobre historia de la arqueología en Egipto. Es un viejo proyecto que me apetecía hacer desde hace años y que por fin he podido abordar.






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