domingo, 15 de mayo de 2022

Incidente del paso Dyatlov, más de sesenta años de misterio

 

Última fotografía de la expedición. Imagen sujeta a derechos de autor


¡Ya está aquí la entrada semanal de Caosfera! Tenemos hoy, el honor, de volver a tener con nosotros a David López Cabia, que nos trae uno de los más grandes enigmas de la historia: el Incidente del paso Dyatlov. Y no solo eso, sino que además hoy David nos presenta al autor y cineasta Laureano Clavero, a quien esperamos tener próximamente en Caosfera. No os perdáis la última obra de Laureano: El enigma del paso de Dyatlov, recomendada a todos los amantes de los grandes misterios. 



Corría el año 1959 y el mundo estaba sumido en la guerra fría. En la opaca Unión Soviética, un grupo de diez veteranos alpinistas rusos se había marcado como objetivo coronar el monte Ortoten, situado en los Urales.

    Uno de los integrantes de la expedición, Yuri Yudin, tuvo que abandonar debido a los intensos dolores de espalda que padecía. Sin embargo, sus nueve compañeros, siete hombres y dos mujeres, prosiguieron con su gélida travesía hacia el monte Ortoten.

    A comienzos de febrero, el grupo se detuvo e instaló su campamento en el Jólat Siajl (que significa montaña muerta). En la noche del 1 al 2 de febrero de 1959, los experimentados alpinistas se dispusieron a descansar.

    Pasaron los días y no había noticias de los alpinistas. Desesperados, el 20 de febrero, los familiares organizaron una operación de búsqueda.

    El 26 de febrero, entre la nieve, encontraron los restos del campamento que los jóvenes montañistas habían erigido sobre el Jólat Siajl. El tejido de la tienda de campaña estaba desgarrado y unas huellas conducían hasta un bosque próximo.

    Encontraron dos cadáveres en ropa interior y descalzos, presentando signos de haber sufrido una muerte violenta. La sangre también estaba presente en un árbol. Era evidente que ambos montañistas habían huido apresuradamente de la tienda de campaña.

    A unos 600 metros aparecieron otros tres cadáveres. De nuevo, los alpinistas mostraban signos de violencia, pues tenían los cráneos fracturados y sus posiciones parecían indicar que se habían defendido de algo o alguien.

    Meses después, en mayo, los equipos de búsqueda dieron con los últimos cadáveres. Cuatro cuerpos fueron descubiertos sepultados bajo varios metros de nieve. Las heridas de sus cuerpos indicaban que habían sufrido una agresión y sus cadáveres yacían con ropas de otros compañeros.

    Para añadir más misterio a aquel macabro suceso, uno de los miembros de la expedición mostraba elevados niveles de radiación en sus ropas.

    Las autoridades soviéticas realizaron una investigación oficial y concluyeron que la muerte de los nueve jóvenes alpinistas se debía a una “fuerza incontrolable”. En otras palabras, la versión oficial zanjaba el escabroso incidente determinando que las muertes de los nueve jóvenes se debían a un alud. El caso había sido cerrado en falso.



Imagen sujeta a derechos de autor



    Un aura de oscurantismo rodea al incidente del paso de Dyatlov (conocido así por el montañista que encabezaba la expedición). El modo en que se realizaron las autopsias presenta deficiencias, por no hablar de que los documentos relativos a la investigación se guardaron en secreto hasta los 90. De hecho, cuando la documentación salió a la luz, se descubrió que faltaban páginas.

    Resulta evidente que faltan numerosas piezas en el gran puzle de esta tragedia, sobre todo, teniendo como telón de fondo el contexto de una hermética Unión Soviética.

    Desde entonces, se han formulado muchas teorías para tratar de explicar cuál fue la causa de la muerte de Dyatlov y sus compañeros.

  Algunos atribuyeron sus muertes a los lugareños, argumentando que los mansi habían asesinado a los alpinistas. Otros creen que el frío extremo llevo a los nueve jóvenes a creer que estaban sufriendo un calor extremo, por lo que se despojaron de sus ropas y murieron de hipotermia.

    Hay quienes incluso creen que las nueve muertes se deben a un asunto relacionado con el espionaje. Los partidarios de esta versión defienden que Aleksandr Zolotariov, Aleksandr Kolevátov y Yuri Krivoníschenko, pese a trabajar para el KGB, eran en realidad dobles agentes al servicio de la CIA que debían entregar una serie de pruebas que evidenciaban la existencia de fábricas de armas nucleares.

    Las teorías más fantasiosas aluden a la presencia de una especie de yeti que atacó salvajemente hasta la muerte a los nueve alpinistas. Otros hablan de extraños experimentos de teletransporte, de la presencia de alienígenas e incluso de un pánico extremo provocado por ultrasonidos.

    En cualquier caso, los signos de violencia que presentaban los cuerpos hace que se cuestione el resultado de la investigación oficial. Son muchos los interrogantes que planean sobre el incidente del paso de Dyatlov.


    Sin duda, es difícil dar con la respuesta a este macabro embrollo. Sin embargo, el incombustible cineasta y escritor Laureano Clavero ha tenido la valentía de abordar este misterio en su libro El enigma del paso de Dyatlov.

    Frente a explicaciones dignas de obras de ficción, Clavero apuesta por un modo racional de analizar los hechos, apoyándose en técnicas de investigación forenses y policiales. Así, Clavero invita al lector a plantearse las preguntas adecuadas, preguntas que pueden ayudar a descartar conjeturas absurdas.

    ¿Qué pudo ocurrir aquella fría noche de febrero de 1959 en la Montaña de la Muerte? ¿Por qué faltan documentos oficiales? ¿Por qué se atribuye la muerte a una avalancha cuando los cuerpos presentan signos de violencia y se hallaban en posiciones defensivas? ¿Es fiable una investigación oficial que presenta varias deficiencias? ¿Por qué se dio carpetazo al incidente del paso de Dyatlov?

   Con un estilo directo y ampliamente documentado, Laureano Clavero convierte al lector en un investigador, todo ello sin dejar de lado la tragedia humana que supuso la muerte de los nueve alpinistas rusos, a quienes pone rostro.


Laureano Clavero en la presentación del libro
El enigma del paso Dyatlov.
World Trade Center, Barcelona.


    Por todo ello, les invito a acompañar a Laureano Clavero en el que es uno de los grandes enigmas del siglo XX. Acompañen a los nueve alpinistas en su trágica noche en la Montaña de la Muerte, investiguen entre las autopsias oficiales junto a Clavero y saquen sus propias conclusiones gracias a un magnífico libro como El enigma del paso de Dyatlov.


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