viernes, 24 de abril de 2020

El SIG: traición, sangre y arena



Hombres del SIG. Imagen sujeta a derechos de autor



¡Viernes de historia! Nuestro compañero David López Cabia regresa a las trincheras para hablarnos del SIG, la unidad especial creada por los aliados que más desapercibida ha pasado a lo largo de la historia. Curioso donde los haya, no os debéis perder este artículo...



El desastre militar italiano en el norte de África propició la intervención alemana. Hitler, alarmado por la derrota de su aliado italiano, envió al general Erwin Rommel al frente de un puñado de divisiones alemanas conocidas como Deustches Afrika Korps. En Rommel, los británicos encontraron un durísimo rival. 

  Tratando de causar la máxima conmoción posible en la retaguardia de Rommel, los aliados crearon diversas unidades especiales. Estos hombres saboteaban las bases de suministros del Eje, atacaban sus aeródromos o efectuaban misiones de reconocimiento tras las líneas enemigas. Así, cuerpos como el Grupo de Largo Alcance del Desierto (LRDG) o el Servicio Aéreo Especial se ganaron una prestigiosa reputación por sus incursiones en territorio enemigo. 

  Sin embargo, una unidad pasó desapercibida en la guerra del desierto. Se trataba del SIG o Grupo Especial de Interrogatorio. La historia de esta peculiar fuerza comienza con la captura de un oficial británico, el capitán Herbert Cecil Buck. 

   A pesar de caer en manos del Afrika Korps, el capitán Buck no estaba dispuesto a resignarse al cautiverio. Dominando la lengua alemana, el capitán Buck se las arregló para escapar y robar un uniforme alemán. Gracias a su atuendo y a su fluidez en el idioma del enemigo, Buck se las arregló para regresar a territorio controlado por las fuerzas británicas. 

  Pero Buck no se conformó con fugarse. En su mente brotaron nuevas ideas. Teniendo en cuenta su experiencia, propuso crear una unidad con soldados germanohablantes que vistiesen uniformes enemigos y que se comportasen como las tropas del Afrika Korps. Estos hombres, gracias a su conocimiento del alemán, podrían infiltrarse tras las líneas enemigas, merodear por los campamentos y reunir una valiosa información. 

  Así pues, Buck recibió autorización para crear el SIG o Grupo Especial de Interrogatorios. El personal del SIG estaba compuesto en buena medida por judíos alemanes procedentes de los comandos británicos de Oriente Medio. Estos hombres representaban a la perfección el papel de un soldado alemán del Afrika Korps, desfilando como ellos, vistiendo los mismos uniformes, cantando las mismas canciones y profiriendo la misma clase de exabruptos. 

  Para dotar de mayor credibilidad a la coartada de los hombres del SIG, se les proporcionaron documentos falsos tales como cartillas de pagos, documentos identificativos e incluso cartas escritas en alemán por inexistentes amantes. 

  En el SIG, dos hombres se habían ganado la confianza del capitán Buck. Se trataba de Herbert Bück y Walther Essner. Ambos habían sido hechos prisioneros en noviembre de 1941. Los dos teutones habían servido en el Afrika Korps y afirmaban ser fervientes opositores al régimen nazi. Buck, consciente de la importancia de contar con dos activos tan valiosos, los incorporó al SIG. 


Los "Afrika Korps" de Rommel. Imagen sujeta a derechos
de autor


  Mientras tanto, David Stirling, un peculiar oficial británico que había creado el SAS o Servicio Aéreo Especial, tramaba nuevas incursiones contra los campos de aviación del Eje en Libia. La estratagema de Stirling para atacar los aeródromos enemigos pasaba por utilizar a los hombres del SIG. Así, los agentes del SIG actuarían como guardias de unos falsos prisioneros aliados. 

  Llegado el 12 de junio, el falso convoy de prisioneros partió hacia Libia. Los hombres del SAS y del SIG marchaban a bordo de un camión británico pintado con los emblemas del Afrika Korps para simular que se trataba de un vehículo requisado. También contaban con un Kübelwagen y un camión alemán. 

  El capitán Buck, vestido con la uniformidad del Afrika Korps, conducía el primer vehículo en compañía de Essner y Brückner. En la parte trasera del camión se encontraban los soldados franceses del SAS. 

  En su trayecto fueron detenidos en un control de carretera italiano. Cuando les pidieron la contraseña, Brückner interpretó a la perfección su papel, montando en cólera y amenazando a los guardias italianos con denunciarles ante sus superiores por provocarles una pérdida de tiempo innecesaria. Temerosos, los italianos les dejaron el paso expedito. 

  Igualmente consiguieron burlar un segundo control. En este caso, las tropas alemanas les informaron de la presencia de comandos británicos en la zona. No les quedó más remedio que pasar la noche en compañía de sus enemigos alemanes. Tanto los hombres del SAS como los agentes del SIG se comportaron como guardias y prisioneros de guerra, pasando inadvertidos ante los ojos de los alemanes. 

David Stirlingn creador del SAS


  A la mañana siguiente, Brückner condujo al Augustin Jordan (oficial al mando de los SAS franceses) hasta el aeródromo de Derna. Con aquel campo de aviación repleto de aeronaves enemigas, Jordan quedó encantado, pues tenía una excelente oportunidad de destruir un buen número de aviones. 

  Al regresar, trazaron un plan para atacar los aeródromos enemigos. Un grupo atacaría los campos de aviación en Martuba, mientras que el segundo golpeaba en Derna, quedando el capitán Buck como enlace en el punto de reunión. 

  En su trayecto hacia Derna, Brückner conducía el camión y fingía constantes averías mecánicas. Mientras tanto, Jordan, era presa de la exasperación, pues su incursión al aeródromo de Derna no dejaba de sufrir contratiempos. Brücker terminó por detener el vehículo muy cerca del aeródromo y prometió regresar con herramientas para solucionar la avería mecánica. 

  Pero Brückner resultó ser un traidor, pues se presentó ante un oficial alemán informándole de que había sido capturado por el enemigo y que había conducido un camión con soldados aliados dispuestos a sabotear los aeródromos. Tardó en convencer al oficial, pero una vez conscientes de la amenaza, los alemanes fueron a la caza de los hombres de Jordan. 

  Cuando los alemanes cayeron sobre Jordan y sus hombres, se desencadenó una refriega. Peter Hass, al ser judío, prefirió morir combatiendo que caer en manos del enemigo. Sabía que si caía en manos de los nazis le esperaba un final mucho más agónico. En medio del caos del tiroteo, Jordan consiguió escapar. 

  Brückner, el infiltrado, volvió a Alemania y fue condecorado por revelar la posición de los soldados franceses del SAS y de los hombres del SIG. 

  Después de la trampa que habían sufrido los hombres de Jordan, entre las filas del SIG, existía cierta desconfianza hacia uno de sus hombres. Todos sospechaban de Essner. Cuando Essner intentó huir, fue abatido a tiros por la espalda. 






BIBLIOGRAFÍA 

-Tobruk, a raid too far, David Jefferson 

-Tobruk commando, Gordon Lansborough 

-Operation Agreement, Jewish commandos and the raid on Tobruk, John Sadler 

-Los hombres del SAS, Ben Macintyre


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