Humanoide de Kelly-Hopkinsville. Imagen sujeta a derechos
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A finales del año 2014 la todopoderosa agencia central de inteligencia (CIA) fundada en 1947 por el desaparecido presidente Harry S. Truman, realizó unas impactantes declaraciones a través de su espacio en Twitter. Dichas declaraciones fueron reveladas, concretamente, con fecha del 29 de diciembre del mencionado año y en ellas la agencia afirmaba ser la responsable de la oleada de avistamientos y, en líneas generales, actividad inusual percibida por millones de testigos en los cielos durante la década de los 50. En tal tweet, además, la agencia adjuntaba un archivo público con una serie de documentos que corroborarían su "confesión". El documento adjunto mostraba un programa secreto de desarrollo de los famosos aviones U-2, capaces de volar a una altitud de 18.000 metros, lo cual, según la agencia, habría dado lugar a la alarma de los ciudadanos. Si tenéis curiosidad respecto a este hecho, a continuación os dejo el enlace del tweet original, fechado, tal y como dije en párrafos anteriores, el 29 de diciembre del año 2014.
Sin embargo, mucho más allá de todas estas alarmas y testimonios desmentidos por la propia CIA, lo cierto es que durante los años 50 se vivieron algunos sucesos de carácter excepcional. Tales sucesos han causado mella dentro de la cultura popular amén de convertirse en clásicos inmediatos de la disciplina conocida como ufología u ovniología en España. El caso que nos ocupa es, sin duda, uno de los más impresionantes y al mismo tiempo ambiguos que podemos encontrar dentro del mundo de lo insólito.
El 21 agosto del año 1955, los miembros de una familia residente en la granja Sutton, situada entre la pequeña localidad de Kelly y la ciudad de Hopkinsville (Condado de Christian, Kentucky), acudieron a la comisaría de Hopkinsville en estado de pánico. Según el testimonio de la familia (compuesta por 5 adultos y 7 niños) que en aquellos momentos se encontraba acompañada por un hombre llamado Billy Ray Taylor, la granja estaba siendo asediada por un total de entre 12 o 15 criaturas de aspecto humanoide, baja estatura (90 cm concretamente) y orejas prominentes y puntiagudas que, conforme a dicha versión, tenían aspecto de duende. Así mismo, aseguraron que dichos seres parecían flotar en el aire a pesar de mostrar unas piernas atrofiadas y que en lugar de manos podían apreciarseles una suerte de dedos largos terminados en garra. También afirmaron que en su rostro se podían ver dos grandes óvalos a modo de ojos. Tan alterado era el estado de los testigos que, alarmadas, las autoridades decidieron tomar cartas en el asunto. Se desplazó hasta el lugar de los hechos un pequeño grupo de militares de la base de Fort Campbell, amén de algunos miembros de las autoridades locales. No obstante, la versión oficial afirma que no se encontraron pruebas contundentes, a excepción de los casquillos disparados por las armas que la familia dijo haber utilizado a modo de defensa.
Fue el amigo de la familia, Billy Ray Taylor, quien confirmó en su declaración haber sido el primero en avistar una serie de luces coloristas cuando, a las 19:00 horas, se dirigía a sacar agua mediante una bomba. Asustado, hizo mención del suceso, pero la familia le restó importancia. No fue hasta las 20:00 horas, cuando la familia comenzó a escuchar unos ruidos de procedencia extraña, que saltó la alarma. Los ladridos del can adoptado por los Sutton desde hacía años pusieron en guardia al patriarca de la familia y a Taylor, que decidieron salir al exterior arma en mano. Pero el verdadero pánico llegaría con el avistamiento de una criatura, con las características arriba descritas, que trataba de ocultarse en el bosque próximo a la granja. No sabemos si realmente en un gesto de rendición o no, la criatura fue vista caminando hacia la casa con las manos en alto, y fue entonces cuando estalló la guerra. Las armas utilizadas fueron una escopeta y un rifle del 22, ambas disparadas contra el inesperado visitante, parece ser que con acierto, ya que los testigos dijeron haber escuchado un sonido metálico que bien podía haber sido provocado por el impacto contra la extraña armadura o traje metálico que, según sus palabras, vestía la criatura. Otros dos miembros de la familia Sutter decidieron acudir al rescate, pero uno de ellos fue atacado en la entrada de la casa por lo que describiría como una suerte de mano con garras. Una vez se hubo zafado de dicho ataque, ambos compañeros lograron alcanzar de un disparo a otra de las criaturas, que se encontraba en el porche, pudiendo escuchar el mismo sonido metálico que sus camaradas Taylor y Elmer Sutter (nombre por el que era conocido el patriarca de los Sutter).
La pesadilla continuaría en el interior de la vivienda, donde los miembros de la familia no cesarían en su batalla campal contra las terribles criaturas que asediaban la casa, golpeaban las ventanas, trepaban por los tejados e incluso, conforme a declaraciones posteriores, eran capaces de trepar por las paredes. Pero no solo la familia Sutter fue testigo de los insólitos acontecimientos, ya que los extraños visitantes se desplazaron hacia las granjas circundantes para continuar sembrando el pánico. En vista de que aquello no cesaba, tanto la familia Sutter como los Taylor decidieron desplazarse en torno a las 23:00 horas hasta la comisaría de Hopkinsville, situada a 30 minutos. Tal y como se afirma en párrafos anteriores, acudieron al lugar de los hechos varias autoridades y un fotógrafo encargado de testimoniar los daños. Los habitantes de las granjas vecinas dieron credibilidad al testimonio de los Sutter, ya que afirmaron haber visto luces y percibido ruidos de origen desconocido. Las únicas evidencias halladas al respecto fueron los casquillos y las marcas de disparos, amén de un extraño objeto verde y luminoso que fue encontrado en las cercanías y retirado a modo de prueba. Extrañamente, este objeto desapareció al día siguiente y jamás se supo más de él...
Terminado el trabajo las autoridades se retiraron en torno a las 2:15 de la mañana, pero las criaturas no se sintieron ni mucho menos amedrentadas. La familia afirmó que que aquellos seres regresaron y no cesaron en su empeño de sembrar el terror hasta, aproximadamente, las 4:45 de la mañana. Aterrorizados, los residentes de la granja decidieron abandonarla al día siguiente, por temor a un segundo ataque.
Como no podía ser menos, la prensa local se hizo eco de los extraordinarios acontecimientos, deformando algunos de los detalles relativos al caso. Sin duda, el cambio más conocido es el relativo a las criaturas tratadas por la prensa como hombrecillos verdes, a pesar de ser descritas por los testigos con una vestimenta metálica. Tal vez este cambio se obró a raíz de que los afectados señalasen que los seres aparecían recubiertos de un halo de luz verdosa y brillante aunque, ciñéndonos a los testimonios originales, sus cuerpos no fuesen propiamente verdes. Esta designación marcaría un antes y un después en la imaginería popular, transformandose en la definición per se para los habitantes de otros mundos.
¿Verdad o ficción? Lo cierto es que los testigos continuaron relatando la misma historia una y otra vez en todos y cada uno de los medios a los que fueron invitados. Tachados de oportunistas por unos y de realmente afectados por otros, cabe partir una lanza a su favor dado que el propio jefe de policía Russell Greenwell, quien recogió la denuncia de los hechos en Hopkinsville, afirmó literalmente: estas no son la clase de personas que normalmente acuden a la policía… Algo les asusta más allá de su comprensión.
Testigos del caso Kelly-Hopkinsville. Imagen sujeta a derechos
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Más allá, mucho más allá de su correspondencia con otros casos de similares características que podríamos tratar aquí más adelante, como el caso de una profesora de natación que, tras ver los bocetos de las criaturas en el periódico local, declaró que eran similares a los seres por los que fue atacada una semana antes, la huella de Kelly-Hopkinsville traspasaría las fronteras de la cultura popular para quedar ligada, por siempre, al mundo del séptimo arte. La producción por excelencia relacionada con el también conocido como caso de los duendes de Hopkinsville, es sin lugar a dudas una de las más icónicas de Steven Spielberg, el llamado rey Midas de Hollywood: E.T, el extraterrestre (1983). Cuentan que el cineasta se hizo eco de esta historia mientras se encontraba en pleno rodaje de la producción Encuentros en la tercera fase (1978). La cinta experimentó un éxito sin precedentes y Columbia Pictures instó al director, que estaba poco o nada interesado, a trabajar en una segunda parte que originalmente iba a titularse Watch the skies. Descartado tal título y reemplazado por el de Night Skies, esta cinta tendría como protagonistas a unos malvados científicos alienígenas capaces de comunicarse con los animales. Al igual que en los sucesos de Hopkinsville, los protagonistas afectados serían los dueños de una granja y cinco los aliens que habrían de aparecer. Las criaturas tendrían un carácter malvado, a excepción de una de ellas, que entablaría contacto con el personaje del hijo autista. Para llevar a cabo toda esta obra, Spielberg cedió el testigo del guión a John Sayles y contó con el especialista Rick Barker para el diseño de las criaturas.
Diseños de Rick Barker para Night Skies. Imagen sujeta a
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Sin embargo, el director estadounidense cambió de planes en el transcurso de un plácido viaje a Túnez, donde se decantó por el carácter pacífico y tranquilo de las criaturas de Encuentros en la tercera fase. La casualidad del destino quiso que se cruzase en su camino la guionista Melissa Matheson, por aquel entonces novia de Harrison Fort, con la que convendría que la mejor parte del guión era la relacionada con la amistad entre el hijo de la familia y la criatura de origen alienígena. Así fue como comenzó a forjarse el guión de la tierna historia que conocemos hoy día, capaz de conmover el corazón de niños y adultos durante generaciones. La reacción de crítica y público fue unánime y fueron muchas las personalidades importantes que felicitaron al director, entre ellas el cantante Michael Jackson o la princesa Diana de Gales. No obstante, la felicitación más inquietante de todas fue la del entonces presidente Ronald Reagan, quien tras la proyección privada que tuvo lugar en la Casa Blanca, afirmó con seriedad: Hay muchos aquí, en esta sala, que saben que todo lo que se vio en esa pantalla es absolutamente cierto. Más adelante, Spielberg trataría de restar importancia a estas palabras argullendo que se trataba de una simple broma, pero sus palabras afirmando: Creo que sólo intentó hacer un chiste sin sonreir, nos dan a entender que nunca estuvo totalmente convencido de la "broma"...
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Como vemos, la popularidad del considerado como el suceso más terrorífico del mundo de la ufología, ha constituido la semilla de importantes y magníficos proyectos además de convertirse en todo un icono capaz de alimentar la imaginación de soñadores y amantes del mundo paranormal. No importa que creamos o dudemos, lo único verdadero es que nos encontramos ante un fenómeno singular e irrepetible que resistirá con entereza el paso de los años.
NIEVES.
BIBLIOGRAFÍA
-Alien Legacy (Geraldine Sutton-Stith, 1994)
-Steven Spielberg, some green man and Hopkinsville (artículo de Erick Moore, 2015)